De mi excursión a Madrid del jueves no conté que me robaron mi tableta, una humilde Acer. No lo conté porque no disponía de un contraste, estaba negro sin un rayo de luz, y eso no me cabía en la entrada. Pero ahora he caído en que estaba cargada hasta los topes de esos clásicos que regalan en Amazon y otros sitios de la Red, y he sonreído un poco pensado en la sorpresa del ratero y probablemente en cierto malestar metafísico inexplicable que el hecho le producirá.
Cuánto delito, cuánto desorden, señores y señoras.
ResponderEliminarVerdaderamente la literatura (no los libros que pretenden ser leídos por "los más") queda al margen del consumismo; luego no le afecta la crisis. Es muy oportuna la cita de T.S. Eliot sobre los catetos afincados en su tiempo.
ResponderEliminarLa idea de que la lectura nos permite entrar en contacto con lo mejor de la humanidad la he expresado en algunas ocasiones.
Queda sin tocar otra excusa, la de quienes no tienen tiempo para leer (pero sí para la tele).
El artículo, excelente.
Jilguero
Qué buen artículo. A mi me suele pasar lo contrario, desconfío de casi todo lo actual, porque todavía na ha pasado el suficiente tiempo para distinguir las voces de los ecos
ResponderEliminar.