He escrito el nombre de la entrada sin pensar. Sólo venía a dejar aquí un trampolínk a mi artículo en AM, que es lo que me importaba, porque está escrito con ansiedad y necesidad. Pero he visto que sería un título precioso para el volumen que recogiese, dentro de unos cuantos años y otros cuantos poemarios, mi poesía completa o, mejor, la antologada. Qué título tan bonito, ¿no? A mí, por lo menos, me da mucha paz.
Así es: También en la vida ordinaria y cotidiana, la vida real. Nada mejor hecho que lo que se ha hecho sin prisas, tomando el tiempo necesario.
ResponderEliminarY el mejor remedio y prevención del destructivo estrés es hacer una cosa después de la otra. Ni pensar siquiera en la siguiente hasta finiquitar la presente.
Creo que lo leí aquí: "No tengo tiempo para tener prisa"
Es para lo único para lo que no hay, no debería haber,tiempo.
Henry Miller, Knut Hamsun y Joseph Conrad son muy buenos casos también.
ResponderEliminarPor cierto, creo que Lampedusa murió a los 60 años (llamarle a los 60 "frisando los 90" me parece una gran hipérbole, claro), poco después de terminar Il Gattopardo...
Ups, mis matemáticas. Muchas gracias AFD. Menos mal que siempre hay tiempo de corregir.
ResponderEliminarQue bueno decir en ese entonces "Hay tiempo" y no "¡Ay, tiempo!"
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