He esperado pacientemente toda la tarde a que me ocurriese por tercera vez. Dos podría ser sólo una inquietante casualidad, pero no ha terminado de ocurrir. La vida pasa de las triadas. Lo cuento, pues, como me pasó: dos veces.
Esta madrugada pensé que se podía leer mi pensamiento. A Enriquito le dio por llorar y, mientras su madre lo acunaba pacientemente, yo envolvía mi cabeza con la almohada y pensaba: "Qué cabroncete, no calla ni bajo agua". Justo entonces la madre suspiró: "Hay que ver lo que se parece a su padre el niño".
Esta madrugada pensé que se podía leer mi pensamiento. A Enriquito le dio por llorar y, mientras su madre lo acunaba pacientemente, yo envolvía mi cabeza con la almohada y pensaba: "Qué cabroncete, no calla ni bajo agua". Justo entonces la madre suspiró: "Hay que ver lo que se parece a su padre el niño".
Al final de la mañana, en el IES, me cruzo con la camarera de la cafetería, que parece escapada de una de las ventas del Quijote: rubiasca, baja, gordilla, brutota. Es graciosa de puro mal humor que gasta. Y es lo único que gasta, porque generalmente contesta con una sola palabra. Le pregunto: "¿Qué tal, Lupe?". Me replica con cara de hastío o de estío: "Calor". Por dentro, me parto de risa: "Hace tres días me hubiese dicho: 'Frío'; el caso es quejarse con laconismo". Y portentosamente, usando varias palabras y haciendo una pirueta de auto ironía espectacular, me contesta, como si me hubiese leído el pensamiento: "El caso es que siempre tenemos que ir huyendo de algo". Me quedo frío.
Y ahora que lo pienso, menos mal que no me ocurrido por tercera vez. Ya me habría dado yuyu.
Hola Enrique. Esa telepatía que comentas existe de alguna manera. Lo he comprobado numerosas veces. Estás pensando algo y la otra persona te contesta exactamente a lo que estás pensando. Normalmente he comprobado que ocurre sólo con personas muy cercanas en lo personal. Saludos.
ResponderEliminar¿"Telepatia"?
ResponderEliminarTelepatia fue una filósofa griega que fue acusada por los fanáticos cristianos de Alejandría de leerles el pensamiento. Tanto les molestó que la torturaron salvajemente (y ella, mientras, recitaba a Parménides), hasta morir.
ResponderEliminarAlmodóvar va a hacerle una película.