Que crítica tan buena. Los incluiré en la lista de “mis lecturas obligatorias” ¡Qué agobio otro más! Es verdad lo que dices, las negativas te exoneran de acudir a la fiesta, son, como en tu artículo hoy, una no-invitación que de vez en cuando vienen bien. A veces te chafan la ilusión de un libro esperado al que renuncias a leer, y otras veces, raras, se te queda cara de tonto, cuando alguien denigra a algún autor que se admira. Aunque muchas veces en estos casos hay detrás motivos extraliterarios “cánticos de guerra de banderías” diversas, políticas, religiosas, personales… Los comentarios que intercalas son geniales. Lo del marqués muy agudo. Te alabo el gusto en lo de no hacer críticas negativas. Qué tostón. Prefiero seguir el punto 443 de SJM: “cuando no puedes alabar, cállate”
Estupenda lectura de sus lecturas, Enrique. Muchas gracias.
ResponderEliminarQue crítica tan buena. Los incluiré en la lista de “mis lecturas obligatorias” ¡Qué agobio otro más! Es verdad lo que dices, las negativas te exoneran de acudir a la fiesta, son, como en tu artículo hoy, una no-invitación que de vez en cuando vienen bien. A veces te chafan la ilusión de un libro esperado al que renuncias a leer, y otras veces, raras, se te queda cara de tonto, cuando alguien denigra a algún autor que se admira. Aunque muchas veces en estos casos hay detrás motivos extraliterarios “cánticos de guerra de banderías” diversas, políticas, religiosas, personales…
ResponderEliminarLos comentarios que intercalas son geniales. Lo del marqués muy agudo.
Te alabo el gusto en lo de no hacer críticas negativas. Qué tostón. Prefiero seguir el punto 443 de SJM: “cuando no puedes alabar, cállate”