No ser invitado
Leonor está cambiando a Enrique y Carmen y yo, desde el salón, no sabemos si llora o se ríe. Estamos de acuerdo en que preferimos que se esté riendo, pero no tenemos seguridad. Yo quisiera que de este artículo tuviesen ustedes la seguridad de que me estoy riendo, que es lo que hago, pero quién sabe lo que pensarán ustedes.
Precioso artículo. Es difícil no estar de acuerdo; y más, expresar esa alegría o indiferencia por no ser invitados, pues pensamos, acaso, que si lo manifestamos van a pensar los demás en la fábula de la zorra y las uvas.
ResponderEliminarJilguero
Al final no vamos a dar la fiesta prevista para el 7 de julio. Si no, ya os habríamos invitado...
ResponderEliminarAnda que en los convites de boda de ahora, habría que decir como los indignados: ¡Manos arriba esto es una boda! con el número de cuenta apuntandote desde la "invitación".
ResponderEliminarYa se ve, querido Dal, que eres uno de los viejos amigos inmunes. Dios te lo pague.
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