La alumna está sentada en última fila, sola. Veo que mira el móvil, que tiene escondido tras las anchas espaldas de otra compañera, y se sonríe. Se sonríe, contesta, se ruboriza, contesta, se asusta, contesta, se corta, contesta, se ríe, contesta, se muerde los labios, contesta, se arregla el pelo, contesta. Las reglas en el instituto son tajantes contra esos aparatos y aplicaciones, pero me resisto a intervenir. Es un espectáculo tan bonito. Cuando les hago una pregunta para certificar si han entendido lo que les he explicado, va la alumna de la última fila y me contesta. Bien.
Preciosa entrada. Gracias.
ResponderEliminarMe parece que las nuevas tecnologías potencian eso de que las mujeres hagan varias cosas a la vez :)
ResponderEliminarBravo por la tolerancia con la chiquilla. La susceptibilidad por nimiedades (móviles, copiar en exámenes) es una de las cosas más tontas que puede desarrollar el profesorado.
ResponderEliminarPero véase que el taimado Máiquez no ha dicho si, la última vez, le contestó a él o contestó de nuevo al watsapp. Es mucho microcuentista.
ResponderEliminarTaimado no, apresurado, perspicaz JRS. Ahora lo he corregido y ha perdido en sugerencia, pero ha ganado en exactitud. No siendo un microcuento, sino un microsucedido, está bien que así sea. Gracias mil por la doble lectura, del derecho y al sesgo.
ResponderEliminar¿Llama espectaculo bonito a una alumna de instituto ruborizandose, mordiendose el labio y todo eso?
ResponderEliminar"Bonito" es un margen muy amplio.
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