Entrada dedicada a los que de verdad lo pasan mal,
de alguien que, porque tiene que ir haciendo algunos
ajustes, se acuerda de ellos a cada momento.
de alguien que, porque tiene que ir haciendo algunos
ajustes, se acuerda de ellos a cada momento.
¡Con todos los años que he tenido para vivir la pobreza como virtud, haber tenido que llegar a ahora para vivirla como necesidad!
*Con el nacimiento de los niños, me preguntaba a veces: "¿Pero de qué charlábamos antes?" El otro día le pregunté a Leonor: "Cuando no hablábamos de dinero, ¿de qué hablábamos?"
*Parece que fue ayer cuando sufría mucho por pedir estipendios por mis artículos y mis lecturas. Ahora ya no hay sufrimiento: si no me pagan, no puedo, sencillamente.
*El dinero no da la felicidad; aunque en sueños…
¡Ánimo!
ResponderEliminarY me gusta esa terapia de acordarse de los que de verdad lo pasan mal... Yo, desde mi "exilio", también debería hacerlo.
Tengo una amiga que se casa, y me comentaba que no tienen ni para la comprar lo básico de una casa, pero que está contenta de casarse. Supongo que pasa como los hijos, cuando llegan bien llegados son, y llenan tanto que hasta "borran" lo anterior.
Por cierto, mi hermano se encarga del Ateneo de poetas, y me dijo que te han invitado a San Sebastián, en marzo? ¡Lástima no estar yo por allí!
A tu hermano le estoy dando una lata horrorosa, pobre.
ResponderEliminarY siento que no puedas estar, sí.
¡Y felicidades a tu amiga, hay que ser valientes!
jajaja, volví a esta entrada porque me contó mi hermano vía e-mail que le habías pasado el link a mi comentario. No daba la sensación de que le pareciera una lata :)
ResponderEliminarOtra vez será: con esta aldea global, en cualquier momento ;)