sábado, 16 de marzo de 2013

El reto


Una idea de José Mateos dice que un poema tiene que poder ser recitado a un moribundo. Me impresionó y lo guardé en la memoria como crisol. Ayer, vapuleado por el mundo, el mundo como uno de los enemigos del pobre hombre, pensaba que un poema verdaderamente potente es aquel que puede ser leído por un vivibundo. No es una corrección del aforismo de Mateos, evidentemente, sino una adaptación a nuestras circunstancias. 

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