Cómo le cuesta al papel seguir el ritmo de la actualidad. ¡Tanto que decir del nuevo Papa: desde su cita de Bloy, hasta su constante nombrar al demonio, como diciéndole "Eh, aquí estoy yo", sus urgentes llamadas a la oración…! Y yo aún analizando claves del cónclave y de su éxito mediático. Pero es que no conviene que se nos queden atrás.
Mientras tanto, ayer me descubrí un tic de hermano mayor de la parábola del hijo pródigo. Alguien decía: "Si el Papa sigue así, voy a tener que plantearme volver a creer e incluso ir a misa". Salté como una fiera: "A misa, siendo lo que es, no se va ni por el monaguillo ni por el cura ni por el papa; creer, creer, se cree por todo, no por parcelicas; y ese "a ver si sigue así", como si el papa fuera un pequeñín de primaria y tú un maestro que le marca el camino o un personal training satisfecho con los abdominales que hace tu cliente es completamente pretencioso. Sin embargo, se me cruzó providencialmente la parábola del hijo pródigo. Tampoco el prenda aquel volvía por un silogismo perfecto ni tan siquiera por amor al padre, sino porque en la casa paterna los criados comían mejor que él en la pocilga. Seguro que el detalle digamos gastronómico no pasó desapercibido al hermano mayor. Ni al padre, que lo primero que hace es matarle un cordero, adivinándole las intenciones y colmándoselas.
Así que me impuse: "Exulta tú también, exulta".
Ya advirtió NGD que el bobo acierta a veces cuando teme (hijo pródigo), pero se equivoca siempre cuando se entusiasma (algunos de estos que dices que ven una novedad -tócate los huevos- en que el Papa hable de iglesia pobre para los pobres).
ResponderEliminarLa gracia de Dios, sin embargo, puede obtener fruto de premisas intelectuales tontas o abiertamente malintencionadas -como las que se oyen estos días. Confiemos en que así sea.
Qué fino hila (y con cuánta punta su aguja) nuestro NGD.
ResponderEliminarTodo lo contrario de tantos articulistas bien intencionados que insisten en reaccionar contra los insultos al Papa y tal que ellos pensaban que iban a ocurrir. Es todo lo contrario, en líneas generales, más sutil, desde luego.
Y sobre la pobreza, qué me decís de los que confunden —y se retratan— pobreza con mala administración. Eso sí que es puro neoliberalismo, por cierto.
La referencia a la libertad de espíritu de los cardenales me recuerda que "el verdadero librepensador es el creyente" (Messori, ciertamente en otro contexto).
ResponderEliminarJilguero.
¡Cuánto necesitaba leer algo así! (Este post, el de Ángel y NGD). Supongo que he tenido el mismo tic, sin saber cómo hacer para no criticar a nadie, ni cómo interpretar tantos "aires de cambio".
ResponderEliminar¡Gracias!
Muy tremendo lo que enlazas. Y al confundir pobreza con mala administración pondrán como ejemplo de pobreza a Cebrián, que se lleva 12 millones de euros al año por hundir su empresa.
ResponderEliminarMientras sigan con esos hábitos (en el doble sentido de costumbres y vestimentas), será muy difícil que nadie les tome en serio. En relación con las vestimentas, deberían sacarse ya esas túnicas o casullas, esos gorros (mitras, birretes o como se llamen) y vestir de personas normales. He leído que tal indumentaria fue tomada, en los primeros siglos del cristianismo, de la forma de vestir de los sacerdotes egipcios. No es un buen modelo. Y es lo cierto que Jesús, para desplazarse, no usaba papamóvil (iba a pie o en borrica) y vestía de persona de su época. Si hubiera vestido como los actuales cardenales, sus contemporáneos le habrían tomado por payaso.
ResponderEliminarEl caso es que nos los tomamos muy en serio.
ResponderEliminarYa me voy enterando yo de por qué a Zumo de Poesía le daba urticaria el poema de d'Ors...
ResponderEliminar...Y cómo desprecian otras culturas,
todo el día etnocéntricos perdidos,
que si la cultura judeocristiana
y el riesgo del multiculturalismo,
y esos ropajes tan poco europeos,
copiados de sacerdotes egipcios...
Hay que joderse.
Ja, ja, qué bueno: resulta que Jesús no iba en coche.
ResponderEliminarY lo de los sacerdotes egipcios debes de haberlo leído en Muy Interesante, por lo menos.
Vale, Ángel, no había coches (papamóviles) en la Judea del siglo 0 (gran descubrimiento, proclamo), pero sí caballos, aurigas, carros, carretas y carricoches de ésos, y sin embargo Jesús marchaba todo el tiempo en el coche de san Fernando (un ratito a pie y otro ratito andando) y en la burra con que entró en Jerusalén. ¡¡¡¡¡ Aleluya, Hosanna !!!!
ResponderEliminarPD: San Pedro (el del gallo cantor) tampoco usaba carromóvil.
Creo que Jesucristo no utilizó el caballo como medio de transporte, porque su pueblo veía en este animal una auténtica arma de guerra que contra él utilizaban sus enemigos. Y por qué no, para que se cumpliera la profecía de Isaías, que detallaba la cabalgadura que iba a utilizar.
ResponderEliminarJilguero
Una cosa es sencillez y otra desacralización, como dijo alguien por ahí...
ResponderEliminarFratelli e sorelle del zumo: nos habéis convencido. Mañana mismo compraremos un borrico para los desplazamientos del Papa. Pasado mañana empezaremos a darle clases de natación para que pueda llevar a S. S. a la JMJ de Brasil. Francisco está preocupado por el viaje, porque dice que Jesucristo tenía 30-33 años, y él anda por los 76. Pero está tan entusiasmado con vuestras sugerencias de hijos fieles de la Iglesia que para identificarse con Cristo como vosotros pedís, ha decidido prescindir de las gafas, el bolígrafo, el tenedor y la cuchara, y ha mandado que la Santa Sede deje inmediatamente el correo electr......
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