La Oda al Santísimo Sacramento de García Lorca está en unos alejandrinos alargados y maravillosos que son los que le cuadran, en boca de Lorca, al Sacramento. Un abrazo grande.
Junto al ansia de alargarlo todo, la de descansar. Es como la señora que tiene que subir dos pisos y coloca una silla, a modo de cesura, en la mesetilla del primero. Jilguero.
por alargarlo todo,por alargarlo todo y quedo pensativo, mirando, ensimismado hasta que me despiertan unos deseos vehementes por alargarlo todo, haciendo alejandrinos
La Oda al Santísimo Sacramento de García Lorca está en unos alejandrinos alargados y maravillosos que son los que le cuadran, en boca de Lorca, al Sacramento. Un abrazo grande.
ResponderEliminarJunto al ansia de alargarlo todo, la de descansar. Es como la señora que tiene que subir dos pisos y coloca una silla, a modo de cesura, en la mesetilla del primero.
ResponderEliminarJilguero.
Genial el último verso.
ResponderEliminarpor alargarlo todo,por alargarlo todo
ResponderEliminary quedo pensativo, mirando, ensimismado
hasta que me despiertan unos deseos vehementes
por alargarlo todo, haciendo alejandrinos
Genial el comentario de Jilguero.
ResponderEliminarY el primer hemistiquio, con la vehemencia y el deseo, suma ocho sílabas ¿no?
El alejandrino es muy resultón.
El alejan