Al menos el lenguaje no me engaña. Cuando "lo paso bien" tengo una aguda conciencia de que lo paso, esto es, de la fugacidad del tiempo en fuga irrevocable...
He de aprender a vivir con eso, todavía. Y a disfrutarlo. Este verano estoy teniendo mucho campo para entrenarme, por fortuna. Como Leonor está de vendimia, con unos horarios de emergencia nacional, me ocupo yo mucho de los niños. Y qué bien, de verdad, me lo estoy pasando. Tanto, que ya dobla el verano su última esquina.
Ayer, a cuenta de todo esto, se me ocurrió un apotegma que no valdrá mucho como poesía, pero que sí sirve para cerrar el próximo tomo de mi diario, que estoy preparando estos días, y por eso, perdón, tanta intermitencia en Rayos y truenos. No consigo estar, a la vez, mirando atrás, corrigiéndome, y hacia adelante, avanzando. Ya me pasó las otras veces: o recopilo o esparzo. Pero me despisto y me voy por las ramas. Mi lema es éste:
Como de la vid el vino,
de la vida viene el himno.
"No consigo estar, a la vez, mirando atrás, corrigiéndome, y hacia adelante, avanzando".
ResponderEliminarComentaba un amigo mío, Manuel Senra" en la presentación de su libro esta misma frase que comentas. Sólo qué él añadía, que era la mejor forma de hacerse un nudo y quedarse paralizado. Y evidenttemente, no era bueno para nadie.
Saludos
Como de la vid el vino;
ResponderEliminarde la vida bebo el himno.