lunes, 13 de octubre de 2014
¿Mío, tuyo, nuestro?
En Twitter Francisco Aranguren fotografió una página de Lo que ha llovido y a mí me encantó verme allí. Luego fotografió otra con un poema mío, que le gustaba mucho. Empecé a leerme, y me entró el vértigo de no recordarme ese poema, que también me iba gustando lo mío. Qué sensación más curiosa.
Pero, ay de mí, para una vez que tengo buena memoria es mala. Recordé enseguida que era un poema de José Luis Tejada. La confusión de Aranguren se comprende, al ir entero, en un libro mío y en página exenta; y sobre todo se agradece, como un honor que me hace. Me habría gustado, sin embargo, llegar al final y ver cuánto tardaba, sin ayuda de la memoria, en detectar que el poema no era mío, ojalá, y por qué no. Pena de experimento, aunque la conclusión ya la tenemos: los poemas, todos si buenos, son nuestros. Y, además, la sensación, por corta que fuera, resultó estupenda.
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