Lo bueno de tener un día muy malo es que uno se atreve a decir su verdad. Así que ayer, a alguien que me pedía mi dirección de e-mail para mandarme unos inéditos, le dije, con toda sinceridad: "Tengo una relación fatal con la lectura de inéditos, cuando el autor espera un juicio. Pierdo el placer de la lectura, que se me profesionaliza, y me agobia muchísimo equivocarme en el dictamen. Seguro que no te hace falta mi opinión, que será pobre y alicorta. Un abrazo muy grande". Pero también es verdad que a la lectura de inéditos y manuscritos de amigos y conocidos debo algunos descubrimientos deslumbrantes, aliñados con el placer de la primicia. Acabo de leer parte del próximo libro de Ander Mayora que por ahora se titulará En el páramo, y le ha dado permiso al Barbero del Rey de Suecia para seleccionar sus fragmentos:
Palabra esencial es aquella cuya ausencia nos destruye.
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La contradicción nos hace verdaderos. La nocontradicción, tan solo coherentes.
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Ser fiel a uno mismo es ser fiel a lo que se hereda.
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Las novedades son el alimento del que se nutre el olvido.
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Querer ser alguien es querer ser los demás.
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Hay lecturas que arman de argumentos y otras que despojan de ellos.
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La filiación divina del hombre ha sido sustituida por su filiación al concepto materia. Siempre, en todo caso, a la busca de un padre.
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Las alusiones al yo se justifican por ser uno mismo el que escribe. Si el yo le resulta odioso, usted no tiene más que soltar la pluma (o el libro).
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La única ley que existe es la ley no escrita.
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La aceptación es un rasgo aristocrático; y la sempiterna llamada a cambiarlo todo no es sino la cantinela recurrente de lo plebeyo.
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A los que denuestan la gracia divina concedida a reyes y gobernantes es preciso recordarles que campesinos y artesanos lo eran también por esa misma gracia.
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La búsqueda de Dios es resuelta por muchos mediante la proclamación de su ausencia. Pero es ésta la que, precisamente, señala el lugar.
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La evaporación de la metafísica ha dejado a la vista la cal sulfúrica de la economía.
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TEATRO. DE SENECTUTE.
Acto único. Escena única.
JOVEN: ¡Viejo!
ANCIANO: ¡Ignorante!
JOVEN: ¿Ah, sí? ¿Y qué sabe?
ANCIANO: ¡Bastante menos que usted!
Telón
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El fin del pensamiento llega cuando el pensar se abandona por la psicoterapia.
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La enferma pretensión del progresista consiste en querer cambiar el curso del río sin conocer el sabor de su agua.
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El apunte es una perla para el perezoso, y un latigazo para el impaciente.
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Corregir la realidad mediante la razón es como pedirle a la rama que corrija el tronco.
"JOVEN: ¿Ah, sí? ¿Y qué sabe?"
ResponderEliminarPara mí falta un "usted" en la frase: "Y usted qué sabe?"
Y el último aforismo quedaría más "simétrico" si se escribiera:
"Pedir a la razón que corrija la realidad es como pedirle a la rama que corrija el tronco."
Lo tendré en cuenta. Gracias.
ResponderEliminarUn saludo
Ander
Maravillosos fragmentos. Ander Mayora... tomo nota y voy a google. Gracias por compartir.
ResponderEliminar¡Gracias, Barbero! Muy buenos.
ResponderEliminar"Querer ser alguien es querer ser los demás," me hirió como un rayo. Gracias, Ander.