viernes, 26 de mayo de 2017
Redonda mesa redonda
La redondez de la mesa redonda estaba asegurada por su cuidada simetría cronológica. Entre Francisco Bejarano y yo están los veinte años que me llevo con José María Contreras. Rodó muy bien, pero tengo para mí que lo más redondo pasó fuera, nada más salir. Bejarano había contado que, aunque espera y reza todos los días, no está nada seguro de su fe. En la puerta, José María Contreras le susurró un escolio de Nicolás Gómez Dávila: "Fe honda es sólo la del escéptico que reza.". No sé si Francisco Bejarano se emocionó como yo, pero la idea le impresionó vivamente. En algún lugar secreto de la tarde que caía dorada sonó "click". Se cerraba, perfecto, el aro de oro de la mesa redonda.
Dos citas sobre la fe:
ResponderEliminarQué bien sé yo la fonte que mana y corre
Aunque es de noche (San Juan de la Cruz)
No creamos que sabemos,
sepamos que creemos, (José Luis Tejada)
Buenos días:
ResponderEliminarCreo que el escolio dice más o menos así (y lo recuerdo porque a mí también me impresionó): "Fe honda es la del escéptico que reza".
Un abrazo,
Ander
La cita exacta es: "Fe honda es sólo la del escéptico que reza." (Escolios a un texto implícito II, 75). Si un "ateo que ora" es una contradicción en los términos, la afirmación de Gómez Dávila no anda muy lejos de serlo también: la fe de los santos sería, según él, una fe superficial.
ResponderEliminarMuchas gracias. No cambié inmediatamente la cita porque pensé que José María la había cambiado, en su cita de memoria. Anoche certifiqué que él la había citado exacta y que era mi memoria la que la había cambiado. Quizá corregido en el sentido del último comentarista. Al decir que el ateo que reza tiene la fe más honda no se excluyen expresamente otras fes, sino que se reconoce el aspecto positivo y desde luego paradójico. Si la ve es creer lo que no vemos, el que cree lo que no cree es el más entregado al abismo de la fe. Con todo, era un escolio que no habría pasado a mi memoria (nunca lo marqué) de no haberlo visto, como lo vi, operante y salvífico en la ocasión que relato. Fue un rompimiento de gloria.
ResponderEliminarTodo esto no son más que juegos de palabras, como tantos aforismos, fórmulas y frases ingeniosas.
ResponderEliminarAteos que recen, no existe ninguno. Agnósticos o escépticos, sí, por supuesto.
Ahora veamos su argumento aplicado al ateísmo: Si la fe es creer en Dios, ¿por qué el que cree en la inexistencia de Dios tendría una fe más honda que el santo o el místico que experimentan su existencia? A mí me parece que el ateo tiene una fe mucho más superficial, por no decir más mucho frívola, en su propia razón, que cualquier creyente serio en Dios.
(Yo hablo de la verdadera fe, no de ésa que tantos creyentes consideran compatible con la duda, con las interrogaciones, con las impresiones que pueden dar los estados depresivos, etc).