miércoles, 29 de mayo de 2019
Hablan los niños
Me he encontrado esto en el alféizar de la ventana de mi despacho:
Me he reído e inmediatamente lo he colgado en Twitter. Una amiga me ha escrito diciéndome que a lo mejor tenía que reírme menos. Se lo he agradecido mucho, le he dicho que no conoce a mi Carmen, que estaría montándose una novela de Stevenson cuando lo escribió y que para mí lo más inquietante era la falta de tilde en «ayúdame». En todo caso, después de reiterar mi agradecimiento, he ido a buscar a la desamparada a que me cuente. En efecto, me ha contado la novela.
Ya puestos, hemos seguido. Que la vida es inagotable se comprueba en que los niños, cuando uno le da hilo a la cometa, por muy pequeños que sean, no paran de contar cosas.
Ya agotado, Quique ha entrado en pose estoica. Me ha preguntado, muy serio: «¿Papá, por qué todo lo educado es difícil?»
Yo le iba a soltar un rollo moralista de «Per aspera ad astra», cuando Carmen, felizmente, ha sido más rápida:
«No siempre: no hacerse tatuajes es más fácil».
«También es más fácil, Carmen, no dejarme mensajes inquietantes (y sin tildes) en el alféizar...»
ResponderEliminarUn tétrico mensaje, aunque me alegro que te haya hecho sonreír porque no era tan grave como aparenta. ¡Ay, los niño/as! Me ha gustado mucho pasar por tu blog. Un saludo.