Esta noche he soñado que ardía del todo nuestra casa nueva, que es vieja, pero reformada o, mejor dicho, reformándose... Aunque una ventaja de la inmóvil mudanza, ahora que caigo, es que las llamas no nos cogieron dentro. Ni las llamas, ni la Navidad, a este paso. A lo que iba es que en el sueño, cuando estoy hablando con los bomberos por el móvil, todo muy vívido y dramático, y me están detallando el desastre, voy y pienso: “Huy, con este lío mañana no voy a poder escribir nada en el blogg”.
Esta entrada tiene nombre de perfume, aunque mejor sin la tilde. Y ya sabes, la vida es sueño...
ResponderEliminar¡Qué va! un incendio da para mucho en la bloggósfera. Pero me alegro que no nos lo tengas que contar.
ResponderEliminarPero hombre, Máiquez, ¿qué clase de sueños incendiarios son esos? Ahí van unos sabios consejos, para que tales pesadillas no se conviertan en realidad y nos deje Usted sin blog. A ver dónde iba a publicar sus décimas el pobre ESPINELETE
ResponderEliminarManténgase en buen estado
un extintor aceptable.
El material inflamable
evite y aparte a un lado.
Téngase especial cuidado
con el horno y la candela.
No arrime el ascua a la tela
y con mucha precaución
evite la tentación
de fumar en duermevela.
Yo también sueño unas cosas... Ya te contaré.
ResponderEliminarEnrique, ¿no te estarás volcando en exceso en tu blogg?
ResponderEliminar¡Jo!
ResponderEliminar(Esa bloggsesión nos permite seguir disfrutando de tus "blog sessions". ¡Que no se apague la llama!)