En una sección llamada “En busca de la felicidad” conviene hablar de algo triste, pues la felicidad sólo se busca cuando falta. A mí me la quitan un poco los aguafiestas nacionales, que abundan y que están empleándose a fondo para fastidiarnos la victoria en la Eurocopa. Nos advierten, con gesto severo, que el triunfo no solucionará la crisis económica ni los problemas políticos ni aliviará la calor.
Ya lo sabíamos, gracias, pueden ahorrarse ustedes sus adustas admoniciones. La crisis es grave y el fútbol frívolo, pero no mezclemos las churras con las merinas. Por favor, déjennos a todos los compatriotas compartir por una vez una euforia, aunque sea efervescente y fugaz.
Prefiero la mirada de Rocío Arana, dulcísima poeta y, desde esta Eurocopa, ferviente futbolera. Nos contaba que al acabar el partido, que siguió en un bar atestado y vibrante, un hombre borracho, entre tacos y lagrimones, bendecía con dedos temblorosos a la selección y exclamaba: “¡Que Dios sus bendiga!” Qué extraordinario anacoluto, con más teología dentro de lo que parece. La mejor bendición es que Dios nos haga suyos, desde luego.
Es un gran augurio que Rocío se haya vuelto futbolera, porque la autora de Magia es una sagaz zahorí de la felicidad. Si a ella le interesa el fútbol, seguiremos cosechando éxitos deportivos. Y mientras no hable de economía, como no lo hace, uf, lagarto, lagarto.
En una película de Nani Moretti, "Caro Diario",aparece un personaje que se jacta de no ver jamás la televisión, apoyándose en ideas de Hans Magnus Enzerberger (no sé si lo he escrito bien), y termina subyugado por la caja tonta, enganchado a los culebrones y mandando a paseo al intelectual. Por cierto, una peli muy simpática.
ResponderEliminarY a Rocío "Adaldrida" Arana, bienvenida al mundo dionisíaco del fútbol, a apoyar a la selección y al Betis "manque pierda". Ya caerán por su parte algunos endecasílabos balompédicos, como ya en su época hizo Píndaro en sus epinicios con los vencedores olímpicos.
Pensar que la inmensa mayoría de tus compatriotas es imbécil puede proporcionar ciertas satisfacciones oscuras al narcisista pero es, al final, imbécil.
ResponderEliminarNo sé emocionarme con el fútbol, pero lo que hace que millones lo hagan es algo natural, universal y -estoy seguro- bueno.
¡Gracias! No sé qué más decir...
ResponderEliminarY yo que pense que en este día habrías felicitado a tu señora por su santo.....
ResponderEliminarHombre, Luis, no sólo hablo con ella a través del blogg. A veces lo hago cara a cara... y como era su santo.
ResponderEliminarAbrazo, E.