En la página 33, en la anotación correspondiente al viernes 31 de mayo de Autorretrato con radiador de Bobin, se lee esto: “Mozart escribe en relación a uno de sus conciertos: ‘Es brillante, pero está falto de pobreza’”.
Pasé la página casi con los ojos cerrados, sobrecogido por el suspense, esperando que Christian Bobin hubiese sido tan brillante como para no añadir nada. A la vuelta de la hoja, una pequeña alegría inmensa: Sábado, 1º de junio.
Has conseguido el suspense a la perfección.No puedo evitarlo.Hoy mismo iré a una Librería y compraré- o miraré- qué es lo que pasa el 1 de Junio.
ResponderEliminarOs lo contaré ya que Quique no adelanta acontecimientos.
Me abres el apetito con estos apuntes. ¿qué tal lo que estás leyendo?
ResponderEliminarEs una intuición grande del arte, a la que no le falta nada (lo explicas muy bien), sobre todo el darse cuenta de que el arte es algo hecho por el hombre y que por lo tanto tiene que ser humilde. Y quizá porque sabe bien eso Mozart nos conmueve tanto con su música.
ResponderEliminarUps, Mafalda, creo que no me he explicado bien. Lo que pasa el 1 de junio es que Bobin hace otra entrada, que no añade nada a lo que ya había dicho Mozart. Fuese lo que fuese -y es un gran escritor- hubiese sido innecesario.
ResponderEliminarEse libro, Llir, es estupendo y para un blogger, imprescindible: Autorretrado con radiador.
Sí, Ángel: las cartas que he leído de Mozart, espigadas por aquí y por allá, son tremendas. A ver si también va a ser un escritor como la copa de un pino...
Impresionante comentario mozartiano, metafísico incluso. No me cuadra nada el retrato que le cascó el pobre de Milos Forman, y que aun conservo mal que me pese en la retina, aunque desearía olvidar. Recientemente, escuchando el Andantino del Concierto para Flauta, Arpa y Orquesta, recuerdo haber pensado que ésa sería la música que, de sonar, se oiría en el Cielo. Y entendí un poco por qué Benedicto XVI prefiere Mozart a ningún otro...
ResponderEliminarEl libro de Bobin también suena muy bien. Me haré con él. Ésta es la famosa técnica del plato de cerezas, que te oí decir a ti una vez.
Ups, Enrique, no le quites encanto a la explicación de Mafalda, que sí te ha entendido. Al menos, me ha ganado de mano al aplaudir el suspense de tu trama.
ResponderEliminar¡Qué mal! Está prohibida la distribución en Latinoamérica del libro que recomendás!
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