Hay muertos que no saben que están muertos…, hete aquí un viejo tema de los relatos fantásticos o fantasmales que la gente lee sin cansarse nunca. ¡Como si no hubiese cosas mucho más impresionantes en nuestro propio mundo! Una historia, por ejemplo, que comenzase así: "Hay vivos que no saben que están vivos".
Maravilloso Quintana y maravilloso tú. El artículo de hoy me ha llegado especialmente. Muchas felicidades.
ResponderEliminarMaestro:
ResponderEliminarEn un libro mixto de greguerías y de recuerdos, Gómez de la Serna, que ya estaba enfermo y en Buenos Aires, escribió que cada uno iba cuidando su propio cáncer, aunque sin saberlo.
A mí, cuando lo leí de joven, me pareció una sandez, un chiste malo, pero el paso del tiempo me ha hecho comprender que su descripción era tan exacta como un enunciado científico.
Esta mañana te leí en la cafetería del gimnasio, donde tienen el detalle de poner periódicos del día a disposición del personal. Entre tu columna y la de Eduardo, que buen desayuno me habéis deparado. Gracias, pues.
ResponderEliminar¿por qué tiene que ser una alumna quien pregunte inquisitiva? Lo correcto hoy día habría sido decir algún alumno o alguna alumna, inquisitivo o inquisitiva, salvo que todo el auditorio sea de un solo sexo y género.
ResponderEliminarSe ve claro que la corrección política es incompatible con la literaria. Así se insinúa en el artículo. Mi enhorabuena por tu nueva actividad y un abrazo del T.M.
Joé... Descubro esta página de rebote en el Ducado de Viñamarina y me sorprendo muy gratamente.
ResponderEliminarLlevo un rato indagando, leyendo y releyendo por toda ella y no podeis imaginar la alegría que siento cuando compruebo que existe un blog como éste, que mantiene alguien sensato con una extraordinaria calidad y cuyos visitantes gozan de iguales características... ¡¡Y desde el Puerto de Santa María!!
Sin dudar lo incluyo entre mis preferidos... nos veremos por aquí.
Saludos
Todo el mundo (o casi) es bienvenido aquí, pero viniendo de la viñamarina del Duque, más aún. Gracias por la visita, Marulino.
ResponderEliminarPerdón por mi despiste, pero ¿el T.M.?
ResponderEliminar"y también porque, diga lo que diga (la literatura), nos recuerda que somos afortunados porque somos".
ResponderEliminarEs decir: la filosofía del "algo es algo", que, como hemos archirrepetido, no es, de ningún modo, poco decir. Muy buena definición -metafísica y potente- de la literatura.