Llegaba uno a la consulta para las primeras ecografías con el corazón en un puño. Y qué hondo suspiro cuando el médico, tras observar en un intenso silencio larguísimo los puntitos de luz parpadeante de la pantalla, concedía: todo normal.
Uf.
Pero ahora, en la ecografía del quinto mes, uno se alegra, sí, y da gracias, a medida que el ginecólogo va midiendo órganos y fémures y rellenando en su plantilla: normal, normal, normal, normal… Pero también se descubre, en honor a la verdad, un fastidio idiota a la altura de la vanidad: ¿no podría este hombre exclamar de vez en cuando extraordinario, extraordinario o qué? (Ya estoy queriendo --me detecto-- que la niña rompa todos los percentiles, con esa mentalidad de guiness de los récords de la que tanto me reía antes. No tememos arreglo los padres.)
Eso mismo me pasaba a mí. Y ahora, años después, estoy al revés. Sólo quisiera para mis hijos que dijeran de ellos: normal, normal, normal...
ResponderEliminarYo también estoy siempre al revés, sólo quiero que todos sean normales !!! Ja, ja, qué mediocridad, pero ya te acordarás.
ResponderEliminarA ver si nace el 6 de junio, que es mi cumple.
Me alegro mucho por lo contentos que estais. No hay nada que más me guste que un niño en camino.
La semi seguidora.
Sería genial. Funcionaría muy bien para la primera escena de la vida de un (super)héroe; el doctor estudiando el ultrasonido y exclamando: "Falanges, fuera de serie. Rodillas, resistentes como una bala. Hígado, diminuto, aún, pero indestructible."
ResponderEliminarPuedo asegurarte que normal, y sólo normal, es el mejor de los comentarios ... y desde luego un premio del que sólo eres consciente cuando descubres que no lo has ganado.
ResponderEliminarQue la normalidad siempre la acompañe, te deseo.
Muchísimas gracias, Zim. Ya sabía yo que era un fastidio idiota y que no tengo arreglo, pero haces bien en recordármelo. Abrazo fuerte.
ResponderEliminarY qué jugo o juego le has sabido sacar, AFD, a la escena.
ResponderEliminarGracias a todos.
Cuando me convertí en padre, tenía a veces que esforzarme para no pensar que mis hijas eran las mejores del mundo. Eso sí, la paternidad también me hizo mucho más comprensivo con las debilidades de los padres, porque a mí me pasaba lo mismo. Un abrazo y mi bendición para el bebé.
ResponderEliminarTu niña en camino, cuando lo normal es extraordinario.
ResponderEliminarQue todo siga muy normal. Saludos Meg
Un médico es un médico y un padre es un padre (y un padre poeta ya ni te cuento). Tampoco las matronas lloran de emoción y no se entiende.
ResponderEliminarNi caso, claro que es extraordinaria.
(P.S. Muchas gracias por la visita a la sucursal de la barbería. A ver si voy afilando mejor la navaja)
¡Enhorabuena!
ResponderEliminarPues yo quiero que sean normales en lo que todo el mundo ve, pero extraordinarios en esas cosas que sólo Dios ve.
ResponderEliminarLa cuestión genética, no la podemos remediar.
ResponderEliminarTengo varios hijos (aunque ninguno biológico) y me alegro de no haber tenido que pasar por la angustia de las ecografías. Ya los tengo con 21-25 años, criaditos.
Adelante, que todo va bien, ellos saben cuidarse en cada momento.
Un saludo
Pués yo creo que cuando la veas no te va a parecer normal, te parecerá como dice Jesús, la mejor del mundo, fuera de todos los percentiles habidos y por haber.
ResponderEliminarY seguramente no se te curará mientras vivas, llegarás a pensar si más que el padre eres la abuela, jaja. Al menos eso me pasa a mí.
También nos alegramos
ResponderEliminarUn abrazo, y que todo siga "igual".
ResponderEliminarNo se quejará la niña. Cualquier entrada en la que aparece de estrella invitada [qué bien suena eso], os congrega aquí felices y felicitadores. Mil gracias. Qué bien me lee, CB, y cuánta razón tiene Juan Ignacio, y el "igualitario" JSM. A Ula le pediré consejo según vayamos quemando etapas, gracias. Y a María, gracias también por esos ánimos: "no se te curará mientras vivas". Ea.
ResponderEliminarEse es otro de los apoyos de mi fe: ver repetirse el milagro (=suceso único) de la vida.
ResponderEliminarMuchas felicidades y brindo por tu hija como los judíos: !לחײם (¡Por la vida!)