Tom. del lenguaje coloquial:
ná, ná, meneando la cabeza de izquierda a derecha, cariacontecido, con mala conciencia, respondiendo a la pregunta insistente de si le has escrito ya a la niña sonetos, octavas reales,
décimas, artículos, soleás o, por lo menos, un haiku. Por tanto, podemos deducir que la palabra
procede del hecho de quedarse sin palabras ante el milagro de un bebé. Entonces se recurre a la canción, tradicional o de autor, que pasa a llamarse
nana.
Me alegro, amigo, de la buena nueva (expresión que sirve a la vez para la noticia y para tu hija). Te acabo de llamar por teléfono, pero entiendo que tu tiempo libre ya no es sólo tuyo. Te dejo como regalo una frase de Jotard que a mi me gusta mucho, ideal para padres recién iniciados en el arte de la paternidad: "Algunos padres aún creen que los bebés nacen sin instrucciones. ¡Mentira!. ¡Ellos son las instrucciones! Sígalas al pie de la letra"
ResponderEliminarDonde empieza la felicidad, empieza el silencio.
ResponderEliminarNo se preocupe el amigo EGM si la inspiración anda remisa; ya sabe lo suya y discreta que es la Musa, y cómo no es (en particular en los tiempos modernos) muy partidaria de que se la requiera a fecha fija... Ya se dejará ver cuando ella quiera, y entonces traerá con ella la verdad y la hondura necesarias. Lo que dice Javier es verdad, pero, creo, sólo una parte de la verdad: después vendrá la palabra, pero cuando una enormidad como la que ha ocurrido y ocurre a EGM se haya interiorizado suficientemente. Todo quiere su tiempo.
ResponderEliminarEl artículo, muy bueno, desenmascara a mucho progre. La mayoría no lo leerá; y no faltará quien repudie al de Orihuela, vaya usted a saber. Pero no hay que perder la esperanza; quizás alguno os medite.
ResponderEliminarJilguero.
Felicidades por este nuevo artículo. Pero mucho más os felicito por el "artìculo" que acaba de ver la luz el pasado día 16. Este ha sido "escrito" a duo, cooperando las "causas segundas", saliendo un sol de primera y que durará en el tiempo y en el espacio mucho más que lo que tú escribes cada semana. Por lo que se vé viene con prisa, adelantándose a la naturaleza, como con ganas de hacer tantas cosas buenas...
ResponderEliminarPrecioso artículo, ya lo ha dicho Aquilino Duque, lo mejor del homenaje a M. H.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas felicidades.
El comentario de marinero es hoy para suscribirlo con entusiasmo, no menos que el del anónimo jilguero. Hay mucha poesía, en prosa, y mucha acción de gracias en el artículo que enlazas.
ResponderEliminarMe ha emocionado mucho el poema de Miguel Hernandez y aunque parezca que tiene poco que ver me ha recordado la respuesta que dio ¿Bismarck? a su esposa: "me casé contigo para amarte". No porque la amase sino para amarla. Los hijos son ocasión, además de fruto, de amor.
ResponderEliminarCarlos dijo:
ResponderEliminarNo te precipites. Ya sabes lo que dijo Bécquer: "Cuando siento no escribo." Y tú estás sintiendo ahora en carne viva. Por oro lado, todo lo que estás esccribiendo ahora (el artículo al que remite el enlace "nana", por ejemplo), es pura y hermosísima inspiración.
Enhorabuena por el artículo, Enrique, escrito también a dúo con Miguel Hernández.Qué grande la poesía de los grandes, que crece con el tiempo. Hoy has sido un enorme fingidor, ya sabes.
ResponderEliminarprecioso el artículo, eso de amar a alguien también en su maternidad/paternidad (ya desde antes de que ocurra) no está muy de moda, qué bueno que lo grites en palabras de M Hernández!
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