En el escudo nacional habría que poner un pollo a la cantonesa. España, con los remiendos de Zapatero para sacar como sea sus presupuestos, se parece cada vez más al Cantón de Cartagena y aledaños. Qué me dicen de lo cambiar los nombres vascongados, ea. Pero el no va más ha sido lo de cambiarle al agua al canario. Oh, “las aguas canarias”, para morirse, o no tanto, pero de risa.
Mis ocupaciones me habían impedido hasta ahora comentar, como era mi deseo, el artículo sobre Zapatero de EGM en el Diario de Cádiz (allí dije algo, de todos modos), y en general las alusiones de estos (y otros) días a la situación política.
ResponderEliminarLeo últimamente a T. S. Eliot, "Criticar al crítico", Alianza 1967. En la pág. 113 se refiere a la democracia parlamentaria en estos términos: "con dos partidos, uno en el poder y el otro fuera de él, y en la que ni uno ni otro... deben estar demasiado tiempo en el poder ni fuera de él".
En otras palabras, Eliot, conservador, es un demócrata; y cree necesario el concurso (y el gobierno alternado) de derecha y de izquierda. Luego en ambas ve valores imprescindibles para el buen gobierno, aunque tenga sus preferencias personales.
Ahora bien, leyendo a EGM (para quien la izquierda, como le he señalado repetidamente, es epítome de todo lo malo), parece muy difícil creer que él piense también que en ambos lados hay valores, y que en el gobierno deben alternarse los dos. Y, desde luego, leyendo a alguno de los habituales en estos foros, es claro que no piensan ni por asomo semejante cosa; es decir, no son demócratas, tal como T. S. Eliot y yo mismo entendemos la democracia.
Esto se agrava aún, en ciertos casos, por las muy respetables convicciones religiosas que alguno, claramente, no sabe (o no quiere) separar de lo puramente terrenal (como el propio Cristo pareció indicar como deseable, al decir aquello de "al César lo que es del César..."), lo que hace aún más imposible que sean demócratas. ¿Cómo va a aceptar por igualmente legítimas, y con el mismo derecho a imponerse en el gobierno, a dos convicciones opuestas sobre lo que sea, quien piensa que una de ellas es, no una opinión humana y por tanto falible, sino un precepto del mismo Dios, que como tal no sólo no puede contener error, sino que sería pecado desobedecerlo?
Y ése es el problema que yo veo: no las convicciones conservadoras (repito, del todo respetables, aunque yo no las comparta), sino la incapacidad para aceptar, e incluso a veces, se diría, para comprender, la democracia.
Y, si tengo razón, eso es grave. Que la derecha (como si fuera la izquierda: daría igual), representada en estos foros por no pocos seguidores sin duda cultos e informados, tenga unas convicciones democráticas tan livianas y dudosas, la verdad, da miedo. Y pena.
La verdad es que siento mucho ser motivo de tristeza para Marinero, al que le deseo la máxima felicidad en la tierra y la perfecta bienaventuranza más allá. Y al que agradezco de corazón el tono amable de su discrepancia en las páginas del Diario.
ResponderEliminarMe parece extraordinario que lea a Eliot, además. Sus The Idea of a Christian Sociaty y Notes Towards the Definition of Culture le explicarán con mucha más brillantez de la que yo alcanzo cuál es mi pensamiento.
Mi reconocimiento y admiración, una vez más, a EGM por su comprensión frente a una nota que sé dura, aunque crea de veras lo que en ella decía. Y ojalá yo me equivoque en la sustancia de ella, y EGM, e incluso los interlocutores habituales en este medio a quienes también me refería, comprendan y acepten la democracia parlamentaria en los términos en que Eliot la expone, y que yo suscribo plenamente. Nada me gustaría más que equivocarme, desde luego. (Por cierto: sí he leído "Notas...", en la traducción de Félix de Azúa; no el otro. Pero EGM es muy exageradamente modesto, a mi parecer: tiene, naturalmente, ideas propias, al margen de las de Eliot, y no le falta desde luego brillantez a la hora de exponerlas).
ResponderEliminarUf, estoy deseosa de que Marinero tenga ocasión de experimentar otra vez la alternancia y disfrutar de ella. En todos los ámbitos. Por ejemplo en el autonómico. Hay una generación entera que no ha conocido la alternancia.
ResponderEliminarYo también disfrutaré. Soy demócrata.
Marinero, somos muchos los que creemos que en España no disfrutamos aún de una verdadera democracia.
ResponderEliminarLa izquierda española no será democrática hasta que desaparezca "La Psoe", que ni ha sido, ni es, ni será NUNCA un partido democrático. Es una fábrica de crear desempleados,redistribuir la miseria y propagar el odio hacia el que no piensa igual. Y sobre todo se avergüenza de su historia, tradiciones y creencias.
Y sepa usted que mucho más peligroso es siempre el poder en manos de aquellos que adolecen de creencia alguna y pretenden imponer su cosmovisión al resto de los mortales vía BOE
Curiosa la última nota, la de "NGG". Asegura que es condición para que en España haya democracia la desaparición de lo que llama "la PSOE". Bien, en la concepción de Eliot de la democracia debe haber (al menos) dos partidos suficientemente fuertes y grandes (y, se entiende, distintos entre sí) para tener posibilidades reales de gobierno, y alternarse de hecho en él. A falta del PSOE, ¿quién debería, en su opinión, ocupar ese lugar de partido de oposición al PP? ¿Izquierda Unida, tal vez? ¿Los partidos nacionalistas? ¿O es que quizá, aunque sin decirlo, lo que de veras desearía es que el PP gobernase siempre, sin una oposición de peso equivalente? No me parece que ninguno de esos supuestos mejorase la calidad de la actual democracia española.
ResponderEliminarPor lo demás, le recuerdo que esa opinión suya acerca de "la PSOE" es exactamente eso, suya; pero que los más de 10 millones de personas que habitualmente "la" votan no parecen compartirla... Y, en democracia (eso que, según "NGG", no existe en España), eso cuenta. ¿No será más bien que "la" PSOE, donde no cabe, es no en la democracia, sino en la particular y personalísima idea que él tiene de ella?
De paso le diré que yo, considerados detalles como el sistema de elección de sus dirigentes -me refiero a lo que se llaman elecciones internas-, así como su gusto por convertir aquellos medios de comunicación donde tienen poder suficiente en medios de autopropaganda (el ejemplo de TELEMADRID me es bien conocido, por tener varios amigos que trabajan allí), más bien señalaría deficiencias democráticas en el PP. Lo que no me lleva a hacer una afirmación como la suya, esto es, la de que no es democrático, sin más. Yo, al contrario (parece) que "NGG", tengo un gran respeto por la mucha gente que lo apoya.