domingo, 25 de septiembre de 2011

Uriarte y yo


Me avisó Iñaki Uriarte, delicadamente. de que el segundo tomo de sus Diarios traía tres o cuatro entradas antirreligiosas. Temía que me molestaran. “No creo”, le dije, “suelo oír esas cosas como quien oye llover”… Espero que mi escepticismo al cuadrado (escepticismo del escepticismo) no le molestase. El suyo, desde luego, no es ofensivo.
Aunque he disfrutado más, lo reconozco, con sus críticas a los nacionalistas. Hijo de familia nacionalista vasca y aún con una leve predisposición, escribe sin embargo: “En cualquier nacionalista hay algo de turista del propio país”;  o “Si alguien dice: ‘Todos los vascos son unos sinvergüenzas’, los nacionalistas se quedan contentos. Lo importante es el todos”; o recuerda que la escritora A. U. le dijo: “El euskera es como un hijo discapacitado”. Los clava. También retrata a los españolistas, pero con menos simpatía de partida, me parece, lo que le quita un poco de gracia.
Puede permitírselo, porque gracia tiene para dar y regalar. Sobre nuestros directores de cine: “Una vez le dije a uno que, claro, ellos no hacían sus películas con las mismas cámaras que los americanos. Pero me dijo que sí”. Y de un conocido: “Cada vez que nos vemos me reprocha que una vez le dije que me parece demasiado susceptible”.
Leyéndole, siento que este hombre descreído, que me saca más de veinte años, que vota al PSOE y que presume de no haber trabajado nunca jamás es mi vivo retrato. Su constante y consistente defensa de la literatura del “yo”, echando a pelear por delante a Montaigne, la comparto y agradezco. Además, yo, como Uriarte, “Si alguna vez noto una punzada de envidia, recurro a la definición de la envidia: tristeza ante el bien ajeno. Se va de inmediato. Existe algo así como una coquetería ética”. Y también pienso que “si alguien se distrae con alguna de mis páginas no es gracias a lo que me ha costado escribirla sino a lo que me he entretenido”. Y: “Yo también pienso que el mundo, la vida, o lo que sea, me ha tratado injustamente, pero a mi favor”. Etc. Pero de golpe Uriarte me despierta de esas ensoñaciones: “Cuando interpretan tu pensamiento, nunca estás del todo de acuerdo con la interpretación. Lo curioso es que a veces hallas en los libros párrafos y páginas enteras ante las que dices: ‘Esto es exactamente lo que yo pienso’. Pero ya quisieras”.
Efectivamente, ya quisiera yo haber escrito esta observación perspicaz, por ejemplo: “Es raro que a Cervantes no se le ocurriera alguna escena con don Quijote combatiendo a su propia imagen en un espejo (escasearían los espejos)”. O esta otra, inquietante: “Recuerdo haber preguntado en más de una ocasión a algún articulista prolijo: ‘¿Pero tú qué querías decir?’ Su respuesta era siempre concreta, breve y nítida. ‘Lo que yo quería decir era esto’. ‘Pues eso no lo has dicho’, concluía yo a menudo”. Diarios es un libro estupendo, por si acaso eso no lo he dicho


[Diario de Cádiz]

4 comentarios:

  1. Anónimo6:10 p. m.

    Estoy esperando que los de la Casa del Libro me avisen de que ya les ha llegado esta nueva entrega. Le dije a la dependienta: "estaba buscando el segundo tomo de los Diarios de Iñaki Uriarte, de 2004 a 2007".
    Empezó a teclear en el ordenador. Al rato -después de preguntarle a su compañera sin éxito- me pregunta, a la vez que gira el monitor: "¿Iñaki se escribe así?"
    Había puesto en búsqueda por título "Los diarios de Iñaki". Escrito correctamente.

    Uno de los descubrimientos más felices que te debo, Enrique.

    José luis

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  2. En este segundo tomo se pierde el factor sorpresa, te avisaría, José Luis. O sea, uno descuenta ya la simpatiquísima figura de I.U., su vida ociosa, su desdén por publicar, su amor por su gato, etc. Y, además, tiene mucho peso la crispación que se instaló en España con la llegada de ZP (sea culpa de quien fuese, que ahí ahora no entro). Quitando esas dos cosas, sigue siendo un descubrimiento felicísimo.

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  3. Anónimo5:21 p. m.

    Gracias por los avisos. Por alguna otra reseña que he leído me imagino ya perfectamente la crispación a la que haces referencia.
    Yo la única contraindicación que le veo es la que me dijo un amigo al que se lo había dejado: "Se lo iba a pasar a Javi [otro amigo suyo propenso al ocio], pero iba a ser cargarle de razones".

    José Luis

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  4. Yo ya he pedido en mi librería el segundo tomo. Del primero, y a propósito del trabajo (hay quien le echa en cara que no haya trabajado nunca, lo que a mí me parece un mérito - el trabajo, lo que la gran mayoría entiende por trabajo, me parece que goza de un prestigio inmerecido-, una cita magnífica:
    "Trabajar es como estar en enfermo; en cuanto se te pasa, te pones contento".

    Bien por Iñaki y por ti.

    Un saludo.

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