viernes, 30 de diciembre de 2011

Fiestas entrañables

Las navidades son unas fechas entrañables también literalmente: permiten ver las entrañas de nuestras relaciones familiares. En mi familia política viene el papa Noel y a la mía acuden Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Cuando nuestros hijos crezcan, ¿cómo gestionarán tal mestizaje? Mis políticos, además, son muy anglófilos: apenas hablan de Dios en público. L. reza en un susurro inaudible. Yo no hablo de nada más y oro alzando la voz, haciendo ostentación, como mi bisabuelo carlista, supongo. Cuando bendecimos la mesa o desgranamos un rosario en un paseo, mi mujer baja la voz, tratando de atemperarme, y yo la subo, como para animarla. Es un juego de volúmenes digno de ver, porque de escuchar —en el caso de ella— es imposible. Lo ideal sería que nuestros hijos sacasen la media y rezaran (mucho) con un tono normal.

3 comentarios:

  1. Alguien dijo que en los tiempos que corren los cristianos tenemos que ser un pelín exhibicionistas. Estoy de acuerdo.

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  2. ¡Querido JSR, —mon semblable, —mon frère!

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  3. Sepa usted, don Jesús, que don EGM lo ha llamado "hipócrita". Poéticamente, claro.

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