Esto parece una serie. Ayer me pareció ver admiración por partida doble: del hijo hacia el padre y del padre hacia el hijo. Hoy me parece igual. Y por eso creo que no hay de qué preocuparse: cuando Carmen ya no considere (por un tiempo corto que se hace larguísimo, ese de la arisca adolescencia) que su papá sopla o ama genial, él seguirá con la baba caída por su niña, y eso es lo que le hará feliz. Ya lo decía Julio Iglesias "Fue siempre más feliz quien más amó..." Los padres siempre salimos ganando.
Muchas gracias a todos. Como confesaba en el artículo que me han dado pocos palos, esperaba una lluvia. Pero veo que sigo siendo un hombre con suerte. Tener lectores que saben descubrir, sobre todo, lo bueno es un privilegio para un escritor.
Precioso,Enrique,enhorabuena. Me ha emocionado especialmente. Un abrazo
ResponderEliminar¡¡El artículo es GENIAL!!
ResponderEliminar¡Bravo!
ResponderEliminarQué belleza.
ResponderEliminarJilguero
Ya no me sorprende lo bueno, lo espero. Fantástico artículo en el Diario.
ResponderEliminarBellísimo artículo.
ResponderEliminarGracias por la joya.
Esto parece una serie. Ayer me pareció ver admiración por partida doble: del hijo hacia el padre y del padre hacia el hijo.
ResponderEliminarHoy me parece igual. Y por eso creo que no hay de qué preocuparse: cuando Carmen ya no considere (por un tiempo corto que se hace larguísimo, ese de la arisca adolescencia) que su papá sopla o ama genial, él seguirá con la baba caída por su niña, y eso es lo que le hará feliz.
Ya lo decía Julio Iglesias "Fue siempre más feliz quien más amó..."
Los padres siempre salimos ganando.
Precioso, Enrique.Es pura literatura.Has llegado a la meta.Ya puedes colocarte alrededor de la frente la corona de laurel.
ResponderEliminarAunque ya lo he comentado en el Diario de Cádiz, no me canso.
ResponderEliminarLimpio, fresco, sublime. «¿Por qué obstinarse en ser alguien para todos cuando se puede ser todo para alguien?»
Bravo Enrique y que Dios te bendiga por regalarnos la vista y el alma en medio de tanta mediocridad.
Gracias. Un abrazo. Domingo.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos. Como confesaba en el artículo que me han dado pocos palos, esperaba una lluvia. Pero veo que sigo siendo un hombre con suerte. Tener lectores que saben descubrir, sobre todo, lo bueno es un privilegio para un escritor.
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