O no, Javier. Tu haiku (nuestro viaje) es el de la no luna, la más mía de todas. Este fue de ayer, que también fui a Sevilla, con mi padre. Magistral tarde sobre la poesía de Aquilino, de esas que crean afición.
"Y seguro que el asiento del coche era un beato sillón". Me apunta a través de Google Reader el fino José María Jurado. ¡Y lo era hasta qué punto! A mi padre le gusta conducir más que yo y eché al máximo para atrás mi asiento de copiloto. Era talmente.
Más allá de las doce, pero la literatura mejora la vida.
ResponderEliminarO no, Javier. Tu haiku (nuestro viaje) es el de la no luna, la más mía de todas. Este fue de ayer, que también fui a Sevilla, con mi padre. Magistral tarde sobre la poesía de Aquilino, de esas que crean afición.
ResponderEliminar"Y seguro que el asiento del coche era un beato sillón". Me apunta a través de Google Reader el fino José María Jurado. ¡Y lo era hasta qué punto! A mi padre le gusta conducir más que yo y eché al máximo para atrás mi asiento de copiloto. Era talmente.
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