El pecado original puede oírse en plena acción en los ronquidos. Nada más inocente que el sueño, que demuestra, además, una conciencia tranquila y una actitud confiada. Bien. Pero aún así, los ronquidos estentóreamente nos dicen que no todo es perfecto, que en la propia naturaleza hay algo que rechina, y cómo, algo dificultoso y resonante. Y el desvelo que producen en quien lo escucha, en medio de la noche, en la quietud, alcanza una dimensiones metafísicas.
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