En su presentación-espectáculo, Lara Cantizani sorteó algunos libros de haiku que él ha editado. Podía haberme tocado Basho. O Issa. Pero me tocó A la intemperie (Haibooks, 2006) de Juan Francisco Pérez y de María Victoria Porras.
«Vaya, mi suerte..», pensé; pero era mi suerte, en efecto.
Qué libro tan bonito. Los haikus están muy bien y, además, todos juntos, transmiten un aroma a Murcia (una Murcia orientalizada, pero auténtica) que te conmueve. Ni la nombran, pero se vislumbra hasta una bonita historia. Es un libro escrito al alimón y, supongo, que al aliamor.
Ojalá Pérez & Porras se busquen en Google de vez en cuando y les pueda llegar mi aplauso y mi agradecimiento.
Algunos haikus del libro:
Un árbol muerto.
Aún da al paraje
su quietud.
*
Ermita de huerta.
Su tejado a dos aguas
apunta al cielo.
*
Rompe a llover.
Se acrecienta el perfume
del azahar.
*
Cómo se ríe
al desenredar su pelo
de la mimbrera.
*
No se permite
el paso a esta finca.
Zarzal en flor.
*
Ajo y albahaca.
El olor brota a golpes
del mortero.
*
Al fresco olor
del huerto, qué liviano
es desvelarse.
*
Hacia el mediodía
los golpes de la azada
van espaciándose.
*
Oh, qué frescor
fundida ya mi sombra
con la del árbol.
*
Ay, empapadas
en los charcos, qué duras
mis esparteñas.
*
Para los ojos
que miraban la luna,
qué denso el mundo.
***
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