Enrique bajó del autobús del colegio entusiasmado. Había tenido una epifania enofiliobiobliográfica. Cogió un libro un tanto al albur en la biblioteca del colegio. Se puso a ojearlo y a hojearlo y, de pronto, se encontró con que salía su madre, y no sólo mentada, sino dibujada y también hablando. Se pasó el día en el colegio deseando llegar a casa para dar cuenta de su descubrimiento. Tiene localizada la página que es: la 17. Nos lo dice para que no nos confundamos.
Mil gracias a Paula Fernández de Bobadilla y a Ximena Maier por el subidón que le han dado al niño. Y a la madre.
Que yo salga cada dos por tres en los papeles les ha dado igual, como es natural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario