martes, 5 de septiembre de 2006

Hispania

Comprando el pan en el sitio de siempre, me lo sirvió una chica nueva, hispanoaméricana, mucho más atenta que las aborígenes con piercings. A cambio del pan, le dí el precio y las gracias. Contestó: “De qué”, con un encantador acento que no pude identificar. Ese “de qué”, donde no hay negación, es una abreviatura tan simpática que te entran ganas de explicarle —con una enumeración chestertoniana— todos los motivos —humanos y divinos— por los que uno entona las gracias. Y también, de paso, contarle lo partidario que soy de la emigración hispanoamericana, a ver ellos si nos salvan. A Cristina, la señora boliviana que viene a planchar un día a la semana, le he contado varias veces que, comprendiendo lo duro de su decisión, a nosotros nos encanta que vengan ellos, tan católicos [guiño de beatífica complicidad], con el mismo idioma [hincho el pecho de orgullo; aunque con nuevas aportaciones lingüísticas, tan jugosas y apetecibles] y con la misma cultura [más o menos, con sus variaciones enriquecedoras, matizo enseguida]. A Cristina, la primera vez que le hablé de esto le gustó; la segunda, me sonrió con paciencia; y últimamente he notado en su mirada cierta inquietud cuando me acerco a la cocina a preparme el café. He optado por no exponerle mis tesis, al menos por unos días. Ayer podría habérsela contado a la chica del pan, pero me disuadió la cola serpenteante que crecía a mi espalda. Me fuí en silencio; por eso hoy, para compensar, la escribo acá.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo ya llego al punto de pensar en utilizar otro verbo cuando le digo a Luis (ecuatoriano que trabaja conmigo) que coja algo.

Enrique Baltanás dijo...

¿Y ellos qué verbo emplean, en lugar de c...?

Breo Tosar dijo...

Yo, como tú, también espero que los emigrantes hispanoamericanos salven a España. Pero yo voy estudiando sueco, por si acaso...

Anónimo dijo...

Estimado García Maíquez. Personalmente me siento más vinculado a un hispanoamericano o a un eslavo, que a un árabe, o subsahariano, pero de ahí a defender la inmigración selectiva hay un trecho importante, y más aún cuando se dan razones tales como estas:
- "tan católicos": Ya estamos con la segregación religiosa.
- "el mismo idioma": Esto es muy importante para la integración, por supuesto, pero tenga en cuenta que muchos árabes si no chapurrean el español, no tardan en aprenderlo, y si son eslavos, más rápidamente incluso. Por otra parte no olvidemos que el triunfo de nuestro idioma fue a costa de la desaparición de muchos otros de Hispanoamerica, por desgracia.
- "y con la misma cultura": Seguimos dando la espalda a la cultura árabe, que pese lo que nos pese, y no le escribe un entusiasta de los árabes, nos ha conformado en gran medida.

Aunque discrepe casi siempre, su blog hace reflexionar.

E. G-Máiquez dijo...

Muchas gracias, Jean Marie. Pocas veces me ha dado tanta alegría un comentario crítico. Sus razones son todas de peso y están muy bien dichas. Y sin embargo...

Corina Dávalos dijo...

No hay ningún problema con el verbo coger, lo usamos en el mismo sentido que en España, si fuese chileno o argentino ya...
Y por cierto aprovecho para dar las gracias a Enrique. ¿De qué? De la calurosa bienvenida, de la hispánica entrada, del blogg. A Jean Marie le diría que la religión, la lengua y la cultura son puntos fuertes de unidad, esa característica que se echa de menos en los tiempos que corren, y si podemos reforzarla -manteniendo las indiscutibles y enriquecedoras diferencias que existen- también yo aplaudo la inmigración responsable.

Joaquín dijo...

Como dice Jean Marie, este blog hace reflexionar. Cuando yo estudiaba BUP (siglas ya históricas) formaba parte de la educación del joven irse a Londres a fregar platos, o al campo a recoger tomates o algodón, o a una obra a mezclar cemento. Curiosa forma de que a los niños de ciudad se nos quitase "el pelo de la dehesa" (más bien, que se nos bajasen los humos). Ahora me doy cuenta de la necesidad de pasar por estas experiencias para entender y amar al prójimo y saber ponerse en su lugar.

Anónimo dijo...

Yo comparto todos los motivos -humanos y divinos- que D.Enrique expone a favor de la emigración hispanoamericana. Bueno, y alguno que otro más... Tengo una gran amiga que siempre que le doy las gracias -algo que hago con bastante frecuencia- me responde; "las gracias a Dios". Eso es hacer muy divino lo humano; mientras nos ayuden, bienvenidos sean.

Ángel Ruiz dijo...

Sin embargo, el hecho es que las lenguas americanas desaparecieron sobre todo con la independencia de América (no lo digo yo, lo decía Juan Manuel Lodares con los datos en la mano; sus libros son tremendamente aleccionadores). Es otro mito ese de que los españoles se cargaron las lenguas indígenas.
De todos modos, soy partidario de que la gente tenga acceso a una lengua 'de cultura'. Si sólo conocen la lengua de su aldea es difícil que puedan acceder a una mejora en sus condiciones de vida.
Tampoco estoy de acuerdo en que la cultura árabe haya sido fundamental. Tiene su importancia, pero ya está, muchísimo menos que la cultura europea (greco-latina-cristiana). Si algo tiene de interés la cultura árabe fue lo que heredó (utilizo un eufemismo) de la cultura greco-latina-judía. Y no me vengáis con lo de la noria, que ya vale: parece que nadie supiera regar antes de los árabes.
Dicho lo cual, prefiero que vengan a España emigrantes de Hispanoamérica, aunque lo que preferiría en realidad es que Europa dejase de mirarse el ombligo y se dedicase de verdad a promover el desarrollo en todo el mundo, nada de 0,7%, aunque con algo se empieza. Por ejemplo, bastaría con quitar los aranceles en la agricultura. Bien fácil, ¿no?

Juan Ignacio dijo...

Si alguna vez debo emigrar, ya sé a dónde ir, entonces.

(Perdón por el siguiente ex cursus respecto a este pintoresco post, pero lo haré motivado por un comentario, y creo oportuno decirlo.

Coger está en el diccionario y se puede decir en Argentina.

Aunque claro, suena raro si lo dices y es más usado un parónimo que tiene otra significación.

Digo que es parónimo porque creo que en esa acepción se escribe con jota -o se debería, si se quiere hacer oficial, para establecer una diferencia y no perder riqueza de idioma-.

Lo que pasa es que se expande esta confusión porque queda muy simpático decirle a los visitantes que se cuiden de usar ciertas palabras.

Si un español viene acá y dice coger, sólo un ignorante -culpable o no de su ignorancia- lo entenderá para el otro lado.

Pero si sigue así la cosa, si siguen diciendo: "Ojo, no digas coger", se hará oficial el significado más chabacano y ya nadie sabrá cuál es la verdad.)

Anónimo dijo...

Yo no veo, Jean Marie tal selección de inmigrantes que se deduzca del texto. Si acaso una preferencia por los que, históricamente, tienen más vínculos de unión.
Y lo de "tan católico" igual valdría para "tan musulman", pues sólo se trata de poner de relieve la coherencia en la propias creencias

Carlos RM dijo...

En debates como éste a veces confundimos teoría y práctica. Enrique no ha planteado el tema de forma categórica, sólo ha expresado su simpatía hacia la inmigración procedente de Hispanoamérica; no pienso que eso sea defender —ni atacar, en sentido contrario— la inmigración selectiva.

Otra cosa, una observación con trampa. Debate Jean Marie sobre “la misma cultura”, lamentando que se obvie la árabe que “nos ha conformado en gran medida”. Coincido con Arp, no es para tanto; pero en cualquier caso, esa herencia árabe que sin duda tiene la cultura hispana llegó también a América (y antes a Canarias), de modo que “la misma cultura” alabada por Enrique contiene también su porción árabe, musulmana, o como deba denominarse. Y en todo caso, pienso que si hay que diseccionar “nuestra cultura”, delimitar la genealogía de cada uno de sus rasgos, si no están ya perfectamente engarzados y asumidos, malo...

Sí que hace reflexionar este blog, sí.

E. G-Máiquez dijo...

Lo que hace reflexionar son vuestros comentarios. Muchas gracias a todos.