jueves, 31 de mayo de 2018

Cuestionarios



Mis respuestas al cuestionario Proust en el libro Escritores al desnudo están aquí. Al cuestionario Bolaño están aquí:


1. ¿Qué opinión te merecen los hombres/mujeres menores de veinte años?
Ellos, muy niños; ellas…, un poco menos niñas.


2. ¿Qué opinión te merecen los hombres/mujeres menores de treinta años?
Para su absoluta perplejidad, los veo como coetáneos. Yo me quedé en esa edad, por dentro. Pero sin satisfacción, eh, sino con unos grandes deseos de madurar, que no se cumplen.


3. ¿A qué edad te gustaría morir?
Me preocupa mucho más el cómo, pero 98 -por estar justo ahora nel mezzo del camin di nostra vita­- no estaría mal. Dicen que los ancianos siempre quieren vivir un año más. Los de mediana edad, siempre una mitad más. Llevo tres lustros en el mezzo del camin, sin avanzar, como Aquiles, el de los pies ligeros, en aquello de Zenón.


4. ¿De qué actor/actriz de cine te gustaría ser novia/novio?
De Jennifer Ehle, pero en el papel de Elizabeth Bennet, ojo.


5. ¿De qué actor/actriz de cine te gustaría ser esposa/esposo?
Mi mujer actúa bastante bien en nuestra vida cotidiana. Yo le doy el Oscar al mejor papel principal.


6. ¿De qué actor/actriz de cine te gustaría ser amante?
De ser amante de alguien lo haría angustiado, arrastrado por el vendaval del deseo, al más puro estilo de Dante en el Canto V. En frío, no me gustaría ser amante de nadie. En caliente, me temo que casi de cualquiera. Mi orientación sexual, férrea y esforzadamente reprimida, es una poligamia de racimo.

7. ¿De qué actor/actriz de cine te gustaría ser hijo/hija?
Y dale con el cine. Se nota que el cuestionario lo ha hecho un escritor de ficción. Mi tenaz realismo y mi dulce sentido de la filiación me impiden contestar a esta pregunta. Iría contra el cuarto mandamiento, el más dulce de los preceptos.

8. ¿Qué actor/actriz de cine te gustaría que fuera tu mejor amigo/amiga?
Vale, Josh Radnor, pero, si hablamos de ficción, hagámoslo en serio, Radnor en el papel de Jess en esa maravilla que es Amor y letras.

9. ¿Qué actor/actriz de cine te gustaría ser?
Quien me gustaría ser es el poeta con el que sueño en el cine de las sábanas blancas. De circunscribirme al mundo del cine, como insiste el cuestionario, me hubiese gustado ser guionista, el guionista de Al servicio de las damas.

10. ¿Conoces a alguien capaz de arriesgar su vida por ti?
Sí.
Hago un rápido repaso mental y descubro, con perplejidad, que estoy más seguro de que se arriesguen no según ellos sean más o menos amigos míos, sino dependiendo del valor que les atribuyo. Esta observación tiene, si no me equivoco, cierta trascendencia para la jerarquía de las virtudes. Pero lo dicho: sí, y varios. Mi mujer, sin ir más lejos, ha puesto su vida en mis manos, por mí. Y además creo que la arriesgarían muchos a los que no conozco: policías en acto de servicio, bomberos, transeúntes que me vieran en peligro. La naturaleza humana es infinitamente mejor de lo que parece.


11. Si fueras un pájaro, ¿qué clase de pájaro serías?
Pato, por lo de tierra, agua y aire. Y concretando más un ánade real, por el hermoso verde metálico del cuello, su collar blanco y el azul marino del espejuelo de las alas. Un pavo real sin pretensiones ni vanidad (o disimulándolas más), eso es un ánade real.


12. Si fueras un mamífero, ¿qué clase de mamífero serías?
Soy mamífero, sin género de dudas. Pero, para no ponerme demasiado puntilloso, sería un puercoespín, por el juego de palabras, más que nada, y la tranquilidad.


13. Si fueras un pez, ¿qué clase de pez serías?
Salmón, por la contracorriente.


14. ¿Qué tipo de accidente geológico te gustaría ser?
Justo al revés: un río.

15. Si fueras un automóvil, ¿qué marca de automóvil te gustaría ser?
Hispano Suizo. Una mezcla de patriotismo, cosmopolitismo y cuenta corriente.


16. Si fueras una película, ¿qué película te gustaría ser?
Los increíbles (Brad Bird, 2004).


17. Si tuvieras que matar a alguien, si no tuvieras ninguna otra opción, ¿a quién matarías?
Eso habría que preguntárselo al aspirante a muerto, porque yo lo liquidaría sólo en legítima defensa.



18. Si fueras un país, ¿qué país serías?
España, con perdón.


19. ¿Te consideras un hombre/mujer guapo/guapa?
Diez kilos por debajo y con una ortodoncia pendiente, sí.


20. ¿Te consideras un hombre/mujer inteligente?
Con la asistencia del espíritu de la escalera y tras seis o siete repasos y con la ayuda de cuatro o cinco amigos que corrigen todo lo mío, sí.

21. Si tuvieras que matar a alguien, si no tuvieras ninguna otra opción, ¿qué arma elegirías?
El olvido.


22. ¿Cuántos hijos te gustaría tener?
Doce. Valoro tanto la paternidad que no me conformo con ser padre, aspiro a patriarca.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Palmeras solitarias, de Ramón Eder


En la contracubierta del recién publicado Palmeras solitarias, he tenido la oportunidad de confesarme:





Por dentro, Ramón Eder: 


Para olvidar lo malo hay que olvidar también lo bueno porque se olvida por bloques. 
* 
El escritor que no arriesga se cae. 
*  
La inmensa mayoría de los libros de autoayuda son pésimos pero los hay muy buenos como los de Séneca. 
* 
Si se pudiera vender el alma todos los tontos la venderían. 
* 
La novela es el arte de contar en cientos de amenas páginas lo que se puede contar en una página anodina.


lunes, 28 de mayo de 2018

Regalos


La nostalgia adelanta. Aún no he dejado la jefatura de estudios del IES, y ya estoy echando de menos estas sorpresas. Llega una profesora interina de Filosofía a pedir o a entregar (lo mismo da) un papel más y me regala, de paso, por suerte, gracias a una conversación casual, estos poemas musicados de Isabel (yo sería su) Escudero por una espléndida Quesia Bernabé, que además es de Murcia. Cuántos regalos, al final, como quien no quiere la cosa.




sábado, 26 de mayo de 2018

Zasca filial



Mi hija salía para un cumpleaños. Entre fiestas escolares, primeras comuniones, santos, meriendas informales y cumpleaños, tiene una vida social propia apabullante. Aproveché la ocasión para darle unos consejos: “Da siempre las gracias, aunque no haya de quien, juega con todas, déjate ganar, come de lo que te gusta, no te atiborres, no llores, dile “guapa” a las gordas…” En ese momento, percibí una mirada punzante como un taladro y un segundo de indecisión entre afearme mi falta de sensibilidad o mi educación en la insinceridad. Fue un segundo. También percibí como vencía una sonrisa ladeada que no auguraba nada bueno: “Vale, g-u-a-p-o”, me dijo con tanta intención como obediencia.

viernes, 25 de mayo de 2018

Crisis de crecimiento


Carmen ha decidido ser poeta. Apenas pinta. Y escribe poemas sin parar. En cualquier momento te la puedes encontrar con la mirada perdida y una leve sonrisa hondísima, pensando versos.

No es esta feracidad la que me preocupa. Puede que estemos ante una crisis de crecimiento poético y ya está. Lo que me hace temerme lo peor (que nos salga poeta) son otros pequeños indicios.

Incluso en los poemas peores, hay siempre un cuidado por el significante de las palabras, por el sonido, por el juego.

Mientras recita los poemas, te escruta atentamente para percibir el menor indicio de crítica en tus ojos. Si lo hace, estás perdido. Hoy me ha leído este, con un aire a las nanas de Alberti: 
¿LO HAS VISTO? 
--¿Lo has visto?  
El amor 
que está en un jarrón. 
--No lo he visto. 
--¡Sí está en tu corazón...!
He cometido el craso error de decirle: "Éste está bien". Se ha puesto furiosa: "Entonces el del oso amor-oso no te gustó, ¿no?". 

Otro indicio dramático es que la creación está interfiriendo con la lectura. Apenas tiene tiempo. Ay.

Y asalta a los extraños. Ayer vino recitando poemas al conductor del autobús escolar.

Por último, recicla los poemas. El mismo poema de amistad que le dedica a una amiga, cambiando el nombre lo usa para otra. Es el descubrimiento del valor universal de la poesía.

Hemos de ir preparándonos.



jueves, 24 de mayo de 2018

Todo brillante


Cómo me gusta la canción de Stevenson:

Sing a song of seasons! 
Something bright in all! 
Flowers in the summer, 
Fires in the fall! 


Porque da gusto recordarla en otoño y en verano y porque en primavera, gracias a quitarle la razón, disfruto más de todo. Hoy ha llovido un poco y he encendido, quizá por última vez, la chimenea:





Luego, escampó y salí al jardín y vi las flores:







miércoles, 23 de mayo de 2018

Lagrimita


Mi profesor de inglés es un americano grande y sencillo. Es buenísimo con los niños y conmigo se desconcierta un poco, puede ser por mi acento. Hoy pretende poner un listening de los suyos, y yo maniobro con celeridad y nos ponemos a ver un vídeo de youtube de Jordan B. Peterson, tras explicarle mi teoría de que en la práctica lo mejor es to kill two birds with one stone. Al principio, le parece bien, correcto, pero luego se va viniendo arriba, se ríe mucho, y luego más arriba, digo, más abajo se viene. Se le empiezan a saltar las lágrimas de la emoción. Peterson está hablando contra el victimismo y a favor de coger a la vida por los cuernos. Muy animante, pero no tan emocionante diría yo, aunque como mi inglés no es tan bueno, ay de mí, puedo estar perdiéndome algunos tonos sentimentales o puede que el asunto esté tocando alguna fibra muy sensible de mi profesor. No podré saberlo nunca porque es un profesor de conversación calladísimo, tímido, introvertido a más no poder. Me pide que dejemos el vídeo, que ya lo verá en su casa, y me pone el listening que traía preparado sobre el gran teatro del sol. Vale, bueno, pero a mí ya nadie me quita la emoción y el misterio de la lágrima casi becqueriana.


lunes, 21 de mayo de 2018

En el coro


La conversación era seria y triste. Leonor, de pronto, se puso, con un semblante muy severo, acorde a las circunstancias, pero más trágico, a hacerme unas extrañas señas como por detrás del corro griego que formábamos. Quedé desconcertado. Repasé mentalmente lo que había dicho, por si incurrí en error, herejía o inconveniencia. No. Al fin entendí que tenía un moquillo en la nariz. Ah. 

El tema era tan serio que podíamos haber pasado de mi moquillo, pensé en un primer momento. Sin embargo, entendí que esa vuelta a la importancia de la más prosaica cotidianidad tenía, con todo su alipori aparejado, un matiz de esperanza, de consuelo y, por qué no decirlo, de humor negro. Sonreí (por lo bajo, para que nadie lo notase), aliviado. Leonor sostenía su cara de póker.




domingo, 20 de mayo de 2018

Propina


En una fiesta, un señor amigo que me lee con cariño dice al oído de una señora antes de presentarme: "Es un escritor estupendo". La elegante señora sonríe y le pregunta al oído, aunque también puedo oírlo: "Pero, ¿vive de escribir?" Ello lo tiene claro y, aunque en el fondo no estoy de acuerdo con lo que implica, me parece bien, natural y lógico, ajustado al contexto y muy en el mundo. Lo aprovecharé como una propina para sumarlo a mi elenco de razones de mi batalla particular.


sábado, 19 de mayo de 2018

Breviario de escolios


Apasionante lectura del Breviario de escolios de Gómez Dávila que seleccionan José Miguel Serrano y Gonzalo Muñoz en Atalanta. A menudo me pasma cómo pude leer algunos sin memorizarlos o cómo los olvidé y ésos otros que casi no parecen de Gómez Dávila.

Todos tan buenos que me he puesto a jugar al bingo, a ver cuándo señalo todos y cada uno de los escolios de una página. He estado cerca muchas veces y he cantado muchas líneas (tres en raya), pero aquí va mi primer bingo:




Con todo, lo más importante biográficamente. Siempre que alguien me canta las loas del viaje o que me pone cara de superioridad cuando yo alabo el sedentarismo, recuerdo este escolio: 


Stabilitas loci --como la regla benedictina lo ordena. El errante yerra.

Pero ahora he visto claro, con caridad y compasión con mis interlocutores más intolerantes, que no se puede pedir a nadie que lo entienda si no ha leído las 160 páginas de Gómez Dávila que preceden a ese escolio o sus maestros en la literatura y en la vida. Lógico que no me entiendan. Este escolio sí lo recordaba y me lo sabía, pero, al releerlo, me he hecho, al fin, un poco más sabio y piadoso. Más benedictino.




Poema de Carmen


El perro y el gato 
se llevan raro

jueves, 17 de mayo de 2018

Un día redondo


Ayer tenía que quedarme a la hora de comer en el IES para una entrevista con unos padres. En el desayuno, cogí dos plátanos y dos manzanas, para aprovechar la ocasión para quedarme a fruta, como un moderno, y me tomé una tostada extra,  para compensar el defecto de después.

En el café de las 10, que me todo rápido, sumé una tostada más, para resistir lo de la fruta.

A la una, se me quedó media hora libre y fui en un salto a un MacDonald, no fuesen a ser pocas las cuatro piezas de fruta.

A las 14.30, me tomé la fruta.

A las 16.30, en la reunión de los padres, que estaba siendo tensa, me ofrecieron caramelos y pensé que dulcificaría el ambiente. Me tomé dos. (Lo dulcificó).

Cuando llegué a casa, era el cumpleaños de Carmen y había merienda y tarta. Hubo que esperar a encender la vela y tomé algunos dulces (integrales) y luego de la vela, la tarta, claro. Pensé, bueno, hago merienda cena.

Cuando se fueron todos, quedó una Leonor agotada, que se había tragado todos los preparativos y todos los regalos. (Esa mañana, cuando Carmen abrió su paquete, le dije que teníamos que llamar a mamá al trabajo, que lo había comprado con enorme cariño, y la niña me preguntó la gran cuestión: "Entonces, tú ¿qué has hecho, papá, eh?"). Esa Leonor agotada me dijo: "¿Por qué no salimos a cenar con los niños para celebrar en familia (nuclear) el cumpleaños de Carmen?"

Fuimos a misa y tempranito cenamos juntos. Yo no podía dar un paso atrás. Ni lo dí.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Entrevista


Carmen, para un trabajo de clase de lengua, me hace una entrevista. Está muy en su papel, porque con sus siete años (me la hizo anteayer y hoy ha cumplido ocho) me preguntó lo de todos: "¿A qué edad empezó a escribir?". Pero con ella me esforcé más y le contesté: "Cuando somos niños todos somos poetas, lo difícil es seguir siéndolo cuando se crece".

Me encanté. Estaba muy orgulloso de la respuesta. Hasta que me empecé a entrever gracias a la entrevista. ¿No habré dejado de serlo, ahora que he crecido? La verdad es que toda la fuerza poética se me va por la prosa ya. El artículo de hoy, por ejemplo, hubiese sido, con tiempo y métrica, un estupendo poema, con sus intertextualidades y sus guiños clásicos y su amor de fondo y su final sorpresivo. Pero lo he gastado en un artículo y citando a Quim Torra, encima. 


martes, 15 de mayo de 2018

Queso


Carmen, que iba para pintora, se está tirando peligrosamente a la poesía. No estoy radiante. Le he celebrado muy poco su "Oda al queso". 


Y ahora, cuando la poetisa se ha dormido, me pongo a leer a Chesterton y lo primero que me encuentro es esta honda reflexión: "Los poetas han estado misteriosamente silenciosos acerca del tema del queso".



lunes, 14 de mayo de 2018

Ebullición del bullying


Retomo el artículo de hace unos días, porque Quique me lo ha puesto de actualidad. Anoche, casi cariacontecido, nos dijo a su madre y a mí que le llaman "gordo". Ah, pobre, tú estás fuerte, como tu padre, etc. Menos mal que Carmen pasaba por allí y había pasado por allá y lo había oído todo.

En la Primera Comunión a la que habían ido esa mañana, le habían presentado a otro niño que también estaba en 1º de ESO. Quique le había dicho: "Perdona, pero te veo demasiado bajito para estar en 1º". El bajito, con más razón que un santo, le había contestado: "Pues yo a ti te veo demasiado gordo para estar en 1º". O sea, todo perfectamente normal y justo.

Ahora Quique se monda con la historia. 




viernes, 11 de mayo de 2018

Pobres rimas ricas


Sostengo mi pequeña guerra de guerrillas con el desprecio que los traductores de poesía tienen hacia la rima. No dudo de que un traductor (Gil de Biedma dixit muy bien) tiene que descartarse de las características menos esenciales de un poema original. Pero ¿cómo es posible que la rima sea siempre considerada la característica más accesoria? ¿Siempre? ¿Y en todo tipo de poemas, incluidos los humorísticos y los populares? ¿E incluso cuando cualquier lector sensible percibe que el poeta forzó la sintaxis, la elección de palabras o de imágenes e incluso el argumento para poder rimar su poema?



miércoles, 9 de mayo de 2018

Carta a Carmen



Carmen, hija, cuando dentro de doce o trece años leas esto, quiero que sepas que no me importó en absoluto, después de haberos recogido en la parada y después de haber ido por hojas de la morera para el gusano de seda que traías en la mano, y de llegar por fin a casa, tener que volver a recorrer sobre todos nuestros pasos, porque se te había caído, ay, el gusano. Sabías (lo dije siete u ocho veces) que no tenía escrito el artículo que había que mandar en una hora, pero por ti todo. Te empeñaste en ir y volver dos veces, y yo fui y volví. Bien. Tampoco me importó que no estuvieses dispuesta a regalárselo a tu hermano por nada del mundo, pero que, cuando lo perdiste, no resultases tan afectada como cuando sugerí el regalo habida cuenta de que ya tienes otros gusanos de seda. Así es la naturaleza humana. Ni vi mal que me contases que no pensabas contarle a tu amiga Martita que habías perdido su gusano. Un silencio a tiempo es una victoria. Pero lo que no te perdono es el consuelo. Que mirando mi cintura me dijeses: "En todo caso, papá, te viene muy bien andar".


lunes, 7 de mayo de 2018

Miedo al tigre


Cada vez que quiero recordar a alguien que la sensibilidad es una virtud también viril y no ninguna debilidad, le recito esta estrofa de una milonga popular que cantan en la ciudad de Mendoza:

Mi caballo es andaluz, 
de los que trajo Mendoza, 
que no tiene miedo al tigre, 
pero tiembla ante la rosa.

Sin embargo, en los últimos años me he encontrado más con lo contrario. Gentes que, o por mi condición de cristiano o por mi condición de poeta, o por ambas, me afean que no sea melifluo o condescendiente o no me arrugue. A mi madre, cuando le decían “Ay que ver que siendo tan cristiana hagas esto o lo otro”, no siendo pecados ni esto ni lo otro, la ponían deliciosamente furiosa. Lo he herededo. Y anteayer me hice, para uso propio, una nueva estrofa, no tan redonda, aunque he quitado toda sugerencia de nacionalismo, al menos. Y que espero que me sirva:

Mi caballo es de Mendoza, 
así que no te deslices. 
Aunque tiembla ante la rosa, 
no le tiene miedo al tigre.


jueves, 3 de mayo de 2018

Poesía conyugal


Tengo el blogg muy abandonado, pero que no se os pase leer esto, que es una emocionante muestra de poesía conyugal verdadera. Historias que casi nunca se cuentan.