jueves, 11 de enero de 2007

Maldición

No sé quedarme en silencio.
Mi soledad es soleá:
un canto, una voz, un eco...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡olé!

Enrique Baltanás dijo...

Pues sí, no tenemos arreglo. Pero, al menos, digámoslo con arte, reconozcamoslo con gracia. Como tú hoy, Enrique, en esta soleá de palinodia.