sábado, 27 de septiembre de 2008

Tercera fase

La vida es una mudanza permanente, dicen. Y las mudanzas lo simbolizan como nada, como es lógico. Las mudanzas, que no terminan jamás. Claro que tampoco empiezan casi nunca, porque las obras se retrasan y uno tiene sus cajas preparadas desde seis meses antes. Ésa es la primera fase. La segunda es la tradicional, con sus esforzados transportistas arañando las paredes recién pintadas y dejando en el suelo las lámparas hechas añicos.

Como todo llega, al final uno se instala en la nueva casa. Uf. Y tras dos semanas de desazón, empieza a sentirse cómodo. No lo parece, pero es un momento peligroso: el agotamiento psíquico y físico de las dos fases previas invita a dormirse en los laureles, a meter las cajas que quedan por abrir en un cuarto y a cerrar por fuera, a ser posible con llave.

Entonces se filosofa: Oh cuántas cosas que no echo de menos se esconden en ese montón de cajas, y acaricia uno la idea de no abrirlas jamás, y escribir sobre ellas una oda a la vida sencilla.

Pero la vida no es sencilla, mudamos un día de parecer y entramos en el cuarto. Sucede un cataclismo emocional. A medida que van saliendo de las cajas esas cosas superfluas, sin las que hemos vivido en la gloria cuatro meses, nos emocionamos. Nos traen recuerdos, fotos, discos, viejos regalos sorpresa. Son un vínculo con nuestro pasado y una enseñanza: no sólo de lo necesario vive el hombre. Hay cosas que resisten a las mudanzas perpetuas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Don EGM, venía usted más bien flojo, con esto y el anterior se ha rehabilitado. Muy bueno.

Anónimo dijo...

¡No sabes cómo te entiendo! A mí me pasa siempre, porque soy de las que lo guardo todo, porque me da pena tirar.

Anónimo dijo...

Te agradezco mucho, que algo tan ..."mudable" a la hora de difinirlo, como es la mudanza,lo embellezcas de esa manera.
Tienes razón que nos sobran cosas, pero que debemos respetar, cuidar y mantener los recuerdos que nos han ayudado a hacernos las personitas que somos ahora.
Buena reflexión en un buen momento.Gracias

carmen dijo...

La prueba de cuanto dices es que si tiras alguna de las cosas de la caja, en ese mismo instante se convierte en necesaria e irrecuperable.

Anónimo dijo...

cambiar de casa es siempre dificil pero es algo que debemos afrontar, yo te recomiendo que hagas inventario de todo según vallas empacando para que luego no tengas disgustos ni perdidas.