jueves, 9 de diciembre de 2010
Insomnio
Después de unas cuantas vueltas en la cama, me levanto y me asomo a la ventana. Son las tantas. Un vecino está viendo la televisión: sale de su cuarto de estar esa luz azul semoviente que es inconfundiblemente catódica. Siento una oleada de superioridad. Yo, con Borges y Cioran, en los cultísimos brazos del insomnio y él, que no conozco, en los de su sillón, con el mandito en la mano. Enseguida me arrepiento. El viernes mismo vi a las mil In the mood for love y me pareció una maravilla, mucho mejor que el insomnio, dónde va a parar. Tras un golpe de pecho, me voy a la cama. Imagino qué maravillosa película estará viendo mi exquisito vecino. Casi le envidio. Sigo sin dormir. Le envidio. Hago una lista de películas que quisiera ver y de las cuales mi vecino estará viendo alguna. Me levanto. Ha apagado la tele. ¿Se habrá dormido? Vuelvo a envidiarle. Su casa parece dormida desde mi ventana. Claro que la mía también lo parecerá. Ah, las apariencias... Vuelvo a la cama. ¿Y si mi vecino, mi hipotético vecino, mi semejante, mi hermano, está también despierto, dando vueltas en la cama? ¿En qué pensará? ¿Le habrá gustado su película tanto como a mí In the mood for love? Etc.
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6 comentarios:
Ay, ay, cómo me veo reflejado en esas noches de insomnio. In the mood of love, maravillosa película que también vi hace tiempo en una noche de insominio.
"Me levanto. Ha apagado la tele. ¿Se habrá dormido?..."
¿O estará él con Borges y Cioran pensando en su vecino, el que duerme, pobre, toda la noche, después de haber visto quizá alguna película de moda?
Curioso: si pones
con el tiempo garcia maiquez
en Google, sale de primera entrada:
García Márquez y su tiempo narrativo de I Vladikin-Guiteva
Cuando García Márquez dice cuánto tiempo Ángela espera a Bayardo, afirma: la mitad de la vida (sin precisar su imagen sobre la duración de toda una vida),...
Fenómenos tiene la Red...
Abrazos,
Tlön
Y felicidades, claro... que por eso iba yo buscándolo por todas partes...
Más abrazos.
Gracias, Tlön, por googlearme y por esas felicidades. Y efectivamente mi apellido nobelesco es una cruz. Mi vanidad me buscaba en Google y el espejito mágico me respondía: "Quizá quiso decir 'García Márquez'". Por menos, la bruja de Blancanieves la lió.
Estupenda lección de humildad.
Me uno a la admiración por In the mood of love, una joya entre las joyas.
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