viernes, 21 de enero de 2011

Explicaciones

Llegaba tarde a la última misa del día y tenía mucho interés en oír misa, y más, si cabe, en comulgar. Miraba el reloj, guiñaba desde lejos a los semáforos por si se abrían a mi paso, como el Mar Rojo, me atribulaban los pesados camiones y los interminables pasos de cebra,temía la búsqueda final del aparcamiento, y en ésas me sorprendí, de repente, repitiéndome esta frase: "Sólo un funeral puede salvarme, sólo un funeral puede salvarme..." Espero que explicando los antecedentes tenga una disculpa.

2 comentarios:

Ignacio Trujillo dijo...

Que bueno¡¿Te salvaste?
A lo mejor esa persona sólo necesitaba un par de oraciones más y esperaba con afán las tuyas para salvaros mutuamente.
¿podrá el parpadeo de un semáforo de más determinar un mayor o menor tiempo en el purgatorio?

E. G-Máiquez dijo...

Para bueno, tu comentario. Cómo nos salva del purgatorio de la literatura apresurrada un lector demorado e inteligente. Gracias.

Llegué tarde del todo, pero, gracias a ti, rezo ahora por el hipotético difunto. Que nadie diga que por un semáforo...