viernes, 15 de abril de 2011

Mc 15, 44

Hay un detalle doloroso de la Pasión de Jesús que sólo cuenta Marcos. Todos los evangelistas narran el arranque audaz de José de Arimatea, miembro ilustre del Consejo y discípulo secreto de Jesús, de pedir el cuerpo de su Maestro al procurador romano, pero Marcos añade que “Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto y, llamando al centurión, le preguntó si efectivamente había muerto”. Según se puede leer, Pilato se había desentendido enseguida de lo que había autorizado. Queda claro que no estaba pendiente. Y, por lo que se puede deducir, andaría bastante entretenido en sus cosas. No cabe mayor anonadamiento del Hijo de Dios. Y admira la insobornable veracidad del evangelista al recogerlo.

4 comentarios:

Mora Fandos dijo...

Enrique, es una interpretación plausible, que conecta con esa verdad de fondo que indicas sobre la indiferencia humana. También cabe la de que como Jesucristo era Señor de la vida y de la muerte, e iba a dar su vida cuando Él quisiera, no cuando se la quitaran, exhaló el espíritu cuando vio que "todo estaba cumplido"; mientras que lo normal en un crucificado era la muerte por larga agonía. De ahí la extrañeza de Pilatos. En algún lugar lo he leído.

Dal dijo...

"A la kenosis nunca acabas de verle el fondo", Arp dixit hace ya tiempo; y qué verdad es.

Miriam dijo...

Uff, qué fuerte¡
Tremenda tanta humillación y mega impresionante el Amor volcado para repararla.
Gracias. Esta entrada es ideal para empezar a empaparse de Semana Santa

Anónimo dijo...

Excelentes la entrada y los comentarios. A mí me extraña la extrañeza de Pilato; después de una flagelación durísima, como hecha por soldados que veían en Jesús a un enemmigo de Roma, lo esperable era una muerte pronta. Y creo que la kenosis llegó hasta el extremo de morir no antes de lo que lo haría cualquier hombre, sin ahorrar ningún sufrimiento. Fue entonces cuando todo estaba cumplido.
Jilguero
Jilguero