viernes, 7 de octubre de 2011

Tsutomu Takahashi

Mi corazón late a tremendos bandazos. Ayer tuve mi golpe de envidia (quién fuese AMM y tuviese todo el tiempo del mundo para dedicarse a releer maravillosos novelones decimonónicos --y ya ni le envidio el arte de glosarlos así de bien y humildemente--) y mi antídoto. Tomas Tranströmer cuenta que escogió una profesión que, además de darle algo que llevarse a la boca, le diese experiencias que llevarse a la poesía. Psicólogo en una cárcel debe de dar bastante juego, pero profesor de instituto tampoco está mal, me dije. Y más ayer que me metí entre pecho y espalda los dos tomos de manga Sky High de Tsutomu Takahashi que me había recomendado y prestado un alumno. Un manga extraordinario, con claras resonancias dantescas que son casi consonancias (la obsesiva estructura trimembre, el juicio y los pecados, la posibilidad de ascender al paraíso y el diálogo de las almas con su historia) y un muy sorprendente final antiabortista. De no tener alumnos de 20 años de qué iba yo a haber leído esta historia, y cuánto me alegro.

5 comentarios:

Ion Egúzkiza dijo...

Hola Enrique. Estoy intentando ir al enlace "así de bien y humildemente" y no funciona: no sé si soy yo o el enlace. Un saludo.

E. G-Máiquez dijo...

Naturalmente no eres tú, sino el enlace. Muchas gracias por el aviso. Y lo peor es que no consigo arreglarlo. Se trata de la entrada de ayer del blog de Antonio Muñoz Molina sobre Rojo y negro.

E. G-Máiquez dijo...

Vaya, tampoco he consiguido cogerle las vueltas aquí abajo. Con Google se llega rápido. Lo siento.

Corina Dávalos dijo...

desde luego, si llego a ver la portada en metrobooks, habría pasado de largo fijo. ¡Viva las fuentes providenciales!

Tania Carioca dijo...

Hola enrique soy tania, no se si te acordaras de mi. La delegada de clase 2ºA IPD. Me hice un blog. Y sin duda todos los dias leo el tuyo.