viernes, 11 de noviembre de 2011

A mi esposa


Sin ti soy triste cosa y triste cosa 
Sin ti me lleno de humo y me extravío 
Sin ti me armo un lío y me armo un lío 
Sin ti mi esposa busco en ti mi esposa 

Contigo la hosca vida es cosa hermosa 
Contigo sin dinero compro un río 
Contigo nunca lloro y siempre río 
Contigo viajo al cielo en mariposa 

Yo no te he dado nada y sin embargo 
Sin darte nada tú me has dado una 
Una mejilla donde puse un beso 

Y tú me has dado eso y me hago cargo 
Y tú me has dado el queso de la luna 
Y tú me has dado eso eso eso

Hoy es un día estupendo para releer este soneto de Carlos Edmundo de Ory y no sólo porque el 11/11/11 es el primer aniversario de su muerte. No se sabe bien dónde, pero el poema entero rebosa amor conyugal y dulce picardía. Y no dejen de fijarse muy bien en el detalle de la mejilla, que tiene mucha tela. Ory le agradece a su mujer que le haya dado una mejilla en la que poner su beso. No le agradece un beso, no, sino la oportunidad, la ocasión y el lugar de darlo. Qué finura de espíritu. Lo mejor del amor es que nos dejen amar, ése es el más maravilloso de sus regalos. Si tienen una mejilla a mano, no lo duden: dejen allí su beso. No desperdicien el privilegio. 

2 comentarios:

Mora Fandos dijo...

Gracias, Enrique.

María dijo...

Voy.