viernes, 14 de marzo de 2014

Espíritu de la escalera


Ernesto Sáenz de Buruaga es un tonto profesional. Lo digo, asumiendo el riesgo de equivocarme (ojalá) y sin ánimo de ofender, con una intención mera y doblemente descriptiva. Por un lado, lo es y, por otro, parece uno de sus indudables méritos para ser un profesional de éxito. Tiene el tópico siempre a mano, blandiendo la blanda obviedad. Que sea siempre a favor de mi línea apenas si lo hace más doloroso. 

Por supuesto, esto lo llevo observando muchas mañanas, yendo al trabajo, circunstancia que bien podría haber enturbiado mi juicio, aunque no lo hace con Carlos Herrera. Pero ayer fue la puntilla. Ernesto S. de B. preguntó a don Ricardo Blázquez, nuevo presidente de la conferencia episcopal, si ser cristiano hoy día puede ser considerado moderno [sic] y progresista [sic]. Preguntó eso. 

Los fantasmas de Dante y de Gómez Dávila, siempre a mi lado, y yo nos temimos lo peor, pero Blázquez respondió muy bien, un poco largo y difuso, pero en el fondo perfecto. Y aquí aparece el espíritu de la escalera, que esta vez no viene a abochornarme con lo que yo no dije, ni siquiera a contradecir al obispo, en absoluto, sino simplemente a dar con una expresión más concisa y cortante, más exacta, más esencial. Por la tarde le leo a Wallace Stevens: "One cannot spend one’s time in being modern when there are so many more important things to be".


2 comentarios:

Kris Kelvin dijo...

La modernidad, siempre con la lengua fuera...

Cavalcanti dijo...

De manera asociativa, muy extraña, me ha venido al recuerdo la proposición 6.54 de Wittgenstein (ya sé, un filósofo es un poeta con muletas): "Mis proposiciones esclarecen porque quien me entiende las reconoce al final como absurdas, cuando a través de ellas -sobre ellas- ha salido fuera de ellas. (Tiene por así decirlo, que arrojar la escalera después de haber subido por ella). Tiene que superar estas proposiciones; entonces ve correctamente el mundo". ¿Son los místicos los antimodernos par excéllence? Como en las películas cómicas, S. de B. se ha caído hacia atrás agarrado a la escalera.