jueves, 2 de abril de 2015

Paponimia


Está en casa mi cuñado Agustín. A mis hijos les encanta su tío y me parece muy bien y muy lógico, pues juega con ellos sin descanso. Hasta ahí, fantástico. Lo malo es lo que he oído. Mi hijo se llama también Agustín, como su abuelo materno. Se llama Enrique Gilberto Agustín del Sagrado Corazón y del Espíritu Santo, para ser exactos, y él lo sabe. Lo doloroso es que iba detrás de su tío diciéndole, como un argumento inapelable: "Yo me llamo Agustín, ¿sabes?"

Entonces me puse celoso. 

1 comentario:

Isaurus dijo...

En fin, es comprensible. No olvides que tendrá mucho más presente a largo de la vida que también se llama Enrique