jueves, 20 de octubre de 2016

Símbolo de qué


El deshonillador (accidental) traía una piedra para dejarla caer por el hueco de la chimenea. Un sistema algo basto. No pasaba. Así que tuve que subirme al tejado, con una inestabilidad prácticamente hemodinámica. Decidí descolgar una de las pesas de bronce del reloj de pared. Son finas, muy pesadas y tienen un orificio en el que enganchar un cable. Fue mano de santo. El deshonillador estaba fascinado con la herramienta. Y yo veía un símbolo, pero sin saber de qué. ¿Del tiempo, que se me va por la chimenea, puro humo? ¿O, mucho mejor, de que la chimenea, enhiesta, es el reloj grandfather de las estaciones? Marca el verano, apuntando inmóvil a un cielo azul imperturbable; la primavera, con los jilgueros que la toman como atalaya, cucos de su reloj; el invierno, con su penacho de humo, manecilla al viento; y el otoño, con nosotros deshollinando, con la pesa de su hermano pequeño, el reloj de pared de abajo, haciendo tic-tac, o toc-toc, en sus entrañas. Un tiempo más basto, más cósmico, en el que no se Llega nunca tarde.





2 comentarios:

Josefina dijo...

Fascinante. Nunca se me hubiera ocurrido pensar en una chimenea como un marcador del tiempo, cual reloj. Y sin embargo... usted lo vio, enseguida de inventar el sistema de la pesa, y nos lo hace ver. Lo felicito.

P.D.: Buena idea la de utilizar la pesa del cu-cú.
Saludos.

Anónimo dijo...

Me encanta deshonillador. Por dos.