martes, 1 de noviembre de 2016

Feliz pesadilla


Qué alegría mi horrible pesadilla de esta noche. De mi cosa de jefe de estudios lo que más me inquietaba era que soñaba con ella y me despertaba con sus problemas. Había dejado de levantarme a media noche sobresaltado porque me faltaba una rima consonante en un soneto y había creído oírla en las entretelas del sueño. Hoy me he despertado porque soñé que la editorial que va a publicar mi próxima selección de artículos había quebrado. No es un sueño estrictamente poético, desde luego, pero, al menos, es literario; y lo he celebrado mucho, lo he recibido con los brazos abiertos.

Sucedió, además, en la noche del día —ayer— en que mi director ha dejado morir el plazo para renovar su mandato. De forma que, aunque nos quedan unos meses bien largos, ya todo comienza a ser final y despedida.

Feliz pesadilla; despedida dichosa; amables paradojas.


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