viernes, 29 de diciembre de 2017

Christmas


Por fin he acabado de escribir mis christmas de esta Navidad. Menos mal que nos queda el feliz Año Nuevo por felicitar y, sobre todo, la Epifanía, y que, además, la Navidad es eterna y no se puede llegar tarde a ella. La melancolía con la que he realizado la tarea no se ha debido al retraso, disculpado por el viaje fugaz a Madrid y por los recovecos del envío de los originales. Ha sido más honda.

Amigos a los que mandaba siempre mi felicitación ya no están para recibirla: Carlos Pujol, Mario Míguez... 

Qué soledad, de golpe.

Que no alivia, no sé por qué, tanta felicitación 2.0. Y están luego los que están cada vez más lejos. Y, más allá aún, a quienes ya he perdido, no de vista, sino de lo demás. 

Ha sido un día de "mañana serán hiel", aunque qué consuelo escribir a los amigos que conservo [¡qué hermosa palabra!] Y recibir alguna felicitación inesperada, recuperada. Y arroparme en el Pesebre, entre las pajas, que aunque frías las veis, hoy son flores y rosas.


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