martes, 26 de junio de 2018

Efecto café


Esta mañana, al ponerme el café, me llamó la atención la pureza del hilo que salía de la cafetera. Suave, limpio, negrísimo, resbalando sobre la porcelana de la taza como una caricia. Abrí los ojos del sueño y me fijé más, maravillado, dispuesto a entonar la segunda acción de gracias del día. Entonces me di cuenta que el hilo que veía era la sombra del hilo auténtico, más marrón, retorcido y goteante, como siempre. Sin embargo, la taza que me tomo mientras escribo estas líneas ha sido una taza de sombras, café negro, destilación de la noche de verano.


1 comentario:

Diego L. dijo...

Vaya mi tercera acción de gracias de hoy por esta entrada.