domingo, 5 de julio de 2020

Vaya


Nos enfurruñamos Leonor y yo por una cuestión doméstica de muy pequeña monta (al menos para mí, que soy el desordenado). Pero yo decido no bajar a la playa, como a ella le gusta que yo haga, y quedarme leyendo a la sombra, como me gusta a mí. Quizá sea el primer rato de soledad verdadera desde que empezó la pandemia. Hago un acto de voluntad para que esta circunstancia no me cree cargos de conciencia. Si la peleíta me ha servido para sortear la playa del domingo, con viento de levante y aparcamiento complicado, no voy a estropearlo ahora haciendo mala sangre. Siéntate me digo y disfruta. No puedo guardar ningún rencor. Todo lo contrario: agradecimiento. De novios las peleas tienen que ser dramáticas, pero ¿por qué no pueden tan ser alegres los desencuentros conyugales como los reencuentros? En casa se aprovecha todo.


[Me consta que alguien se quedó preocupado con esta entrada. Era una cuestión de ordinaria ordenación.]



2 comentarios:

Unknown dijo...

Estoy leyendo su libro.. El pabilo vacilante.. Perdone los acentos.. Le doy las gracias por habermelo recomendado... El ultimo dietario. Cual es? Vivo en un pequeño pueblo de castilla la vieja y tengo poco accso a las librerias.. Muchas gracias.... Kempes 19

E. G-Máiquez dijo...

Muchísimas gracias. El último es Un largo etcétera y no creo que ni siquiera alguien con mucho acceso a librerías lo encontrase, pues salió en una muy querida editorial, Númenor, de muy escasa distribución.

Repito mi agradecimiento.