Una tormenta de ideas con algún rompimiento de gloria
viernes, 2 de junio de 2006
Elogio de la tautología
"El bien es bien y el mal es mal", acaba un tango que recita en su blog Juan Ignacio. ¿Qué está pasando -me pregunto- para que esas dos tautologías me traigan, sin embargo, tal sensación de frescura, de novedad, de atrevimiento?
Eso de que los malos están ganando me parece algo simple y fatalista.¿Quienes son los malos, en general? Y tampoco nos vamos a creer tan especiales como para pensar que nuestra situación es la peor de la historia.
Enrique, quizás te llamo la atención el hecho de que no fue dicho en un tratado filosófico sino que alguien lo "reclamó" y en un lenguaje muy cotidiano.
Es quizás prueba de que la exigencia de que el bien sea bien y el mal sea mal no es una exigencia sólo de la razón filosófica sino de una persona de carne y hueso, una necesidad del hombre, una "exigencia del corazón", parte constituyente del ideal de felicidad.
Como decía un cantante de rancheras: "hay que ser muy bueno y tener muchos hijos, para que los malos no nos sigan ganando las elecciones..." creo que era Vicente Fernández. (Claro que los malos llevaban 70 años en el turno)
Pues Pukka tiene una carita de buena... A veces la confusión entre el bien y el mal puede venir de la transmisión de los hechos... vamos... el medio... el tonito... la mueca... la apariencia... las dobles intenciones... las medias informaciones... Lo bueno puede parecer malo y lo malo bueno. La cámara trasmite que Pukka es una Santa, solo una apariencia porque es bastante traviesa. O quizás no, porque no son maldades sino meros juegos. Pero esos juegos traen perjuicios a otros, que ven maldades (pensemos todos en la pobre gaviota o aquella señora que vió a Enrique eutanasiándola)... las apariencias... la imagen... lo que transmitimos y lo que vemos...
No puede uno dejar de pensar en el mal hecho en nombre del bien, por buenos que, entonces, fueron [son/somos] malos. Y que todos somos buenos y malos [unos más que otros, ciertamente] y que la mayor bondad es, tal vez, disculpar el mal; que existe, sin duda, no todo es relativo. Y que, al fin, no nos corresponde a nosotros juzgar...
Yo me esfuerzo por bajar el nivel del blogg, pero los amigos comentaristas no me dejan. Del tango hemos pasado a la metafísica sin solución de continuidad. Beades hizo una espléndida entrada sobre cómo se mezclan el bien y el mal (el trigo y la cizaña) y yo, si puedo, en vista de que hay quórum, veré si puedo dedicarle también una entrada.
10 comentarios:
Quizá esté pasando...lo mismo de siempre, pero más.
Muy bonitos, por cierto, el epitafio y el haiku. Me uno al suspiro de Arp, ¡quién pudiera!
Es muy bueno el tango, gracias por el link
¿Que qué pasa? Pues que los malos van ganando. Y para que terminen de vencer basta con que los buenos no hagan nada.
Eso de que los malos están ganando me parece algo simple y fatalista.¿Quienes son los malos, en general? Y tampoco nos vamos a creer tan especiales como para pensar que nuestra situación es la peor de la historia.
Enrique, quizás te llamo la atención el hecho de que no fue dicho en un tratado filosófico sino que alguien lo "reclamó" y en un lenguaje muy cotidiano.
Es quizás prueba de que la exigencia de que el bien sea bien y el mal sea mal no es una exigencia sólo de la razón filosófica sino de una persona de carne y hueso, una necesidad del hombre, una "exigencia del corazón", parte constituyente del ideal de felicidad.
Digo yo...
Bien dicho, Juan Ignacio...
Y Rocío, se me ocurre una prueba tautológica para saber quién es malo: el que diga que el mal no es mal.
Como decía un cantante de rancheras: "hay que ser muy bueno y tener muchos hijos, para que los malos no nos sigan ganando las elecciones..." creo que era Vicente Fernández. (Claro que los malos llevaban 70 años en el turno)
Pues Pukka tiene una carita de buena...
A veces la confusión entre el bien y el mal puede venir de la transmisión de los hechos... vamos... el medio... el tonito... la mueca... la apariencia... las dobles intenciones... las medias informaciones...
Lo bueno puede parecer malo y lo malo bueno.
La cámara trasmite que Pukka es una Santa, solo una apariencia porque es bastante traviesa. O quizás no, porque no son maldades sino meros juegos. Pero esos juegos traen perjuicios a otros, que ven maldades (pensemos todos en la pobre gaviota o aquella señora que vió a Enrique eutanasiándola)... las apariencias... la imagen... lo que transmitimos y lo que vemos...
No puede uno dejar de pensar en el mal hecho en nombre del bien, por buenos que, entonces, fueron [son/somos] malos. Y que todos somos buenos y malos [unos más que otros, ciertamente] y que la mayor bondad es, tal vez, disculpar el mal; que existe, sin duda, no todo es relativo. Y que, al fin, no nos corresponde a nosotros juzgar...
Yo me esfuerzo por bajar el nivel del blogg, pero los amigos comentaristas no me dejan. Del tango hemos pasado a la metafísica sin solución de continuidad. Beades hizo una espléndida entrada sobre cómo se mezclan el bien y el mal (el trigo y la cizaña) y yo, si puedo, en vista de que hay quórum, veré si puedo dedicarle también una entrada.
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