sábado, 28 de abril de 2007

Prosa de la experiencia

En el precioso prólogo a Siluetas literarias (Casa Pemán, 2006) de José María Pemán, escribe Juan Lamillar:
También los unió en vida la fama, de la que los dos gozaron con creces. Ambos fueron célebres y populares, gracias a sus cotidianos y esperados artículos y a sus numerosas apariciones públicas: entrevistas, conferencias, presentaciones de libros... Es verdad que Pemán vivió hasta 1981, con lo cual se benefició de la importancia creciente de lo audiovisual (recuérdese el éxito de la serie de televisión "El Séneca"), pero también González-Ruano hizo sus pinitos en una naciente RTVE y llegó a actuar en alguna película. Hoy se diría que eran dos personajes "mediáticos".
Hasta aquí la cita, que en principio no tiene nada de particular. Sin embargo, cuando uno sabe que a Lamillar le rechazaron un buen poemario en una editorial de postín con el argumento de que él no era un poeta mediático, se vislumbra la verdad que hay detrás o por debajo de cada palabra y la herida de la palabra final y esas comillas como puntos de sutura.

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