Ayer, presentación en Arcos de La molinera de ídem, de Alejandro Casona. El editor fue Feu, y fuimos de fiel infantería o clac. La política de Arcos la hemos seguido bastante, porque nuestro amigo Pedro Sevilla fue cabeza de lista de IU en la anterior legislatura y porque hubo un conflicto con la central de ciclo combinado de Iberdrola, que cuando gobernaba el PP no quería el PSOE, con manifestaciones populares y eso, y ahora que gobierna el PSOE sí que quieren. Como lo de la OTAN, pero en versión municipal y expresa. ¿A lo que íbamos, dirán ustedes, no era a la presentación de un libro? Ay, este Máiquez mezclando la política con la aséptica literapura, ay. Pero es que --me defiendo-- si no os pongo en antecedentes no entenderéis lo que pasó. Que allí estábamos cuando coge la palabra el director de la central de ciclo combinado de Iberdrola y se justifica por el mecenazgo perpetrando este comentario a todas luces poco brillante: "Iberdrola quiere así devolver al pueblo algo al menos de lo que le quita".
Ahora lo normal sería poner "[sic]", pero allí no hizo falta porque la que se sentaba justo detrás de mí, una chica de unos cincuenta desarrapadamente ecologista, con un ojo semi cerrado, pensé yo respetuosamente que por minusvalía, aunque en vista de lo que pasó después no hay que descartar un sopapo previo en algún otro acto, ésa, digo, cuando el Iberdrolo dijo aquéllo, replicó: "ejem, ejém", fuerte, fuerte. No digo yo que no se lo hubiesen puesto a güevo, no. Lo malo es que todos, en la mesa, se volvieron hacia al ruido, la alcaldesa, el concejal de cultura, la profesora de la UCA, los de la primera fila. Y allí lo que se encontraron fue naturalmente mi cara de pan. Lo que me faltaba.
Que yo recuerde, nunca he tenido unas tentaciones mayores de ser un acusica, de protestar: "yo no he hecho" como mis alumnos, y de señalar con un índice temblón a la susodicha carraspeante. La muy pícara estaba tras mis anchas espaldas, con la cabeza en la mano, cual grave pensador de Rodin. Callé como un caballero.
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7 comentarios:
Difícil está hoy la cosa, Maese García-Máiquez. Iberdrola y política municipal... Bueno, ahí va, por poner colofón a la semana decimera:
A Iberdrolo le gastó
una broma el subconsciente
mencionando, tan de frente,
lo que al pueblo le quitó.
El buen hombre compensó
atropello con cultura
y en un discurso de altura
no percatose siquiera
de lo hilarante que era
de pata su metedura.
ESPINELETE os desea a todos buen fin de semana e intentará volver el lunes con nuevos bríos. Has citado una de mis predilecciones poéticas, Pedro Sevilla. Qué buen poeta y qué bello prólogo de La mano abierta de Julio Mariscal.
Mi madre suele decirme: "Qué oportunidad has perdido de quedarte callado". Pero yo hoy te digo a ti: "Qué oportunidad perdiste de decir ejem ejem".
Imagina con todos vueltos hacia ti y dices con los brazos abiertos, palmas hacia arriba,pechito palante y barriguita patrás:
-He hecho yo,!Que pasa!.
Y para rematar la faena, una miradita chula a la niña cincuentona con el ojo distraido y olor a jara.
La salida más sutil podría ser que, apenas los directivos se están dando vuelta, darse uno vuelta también, como sorprendido a la vez que ellos; aunque sin "enfocar" a nadie con la vista si no se quiere ser un acusador.
Como hacen los alumnos cuando uno les dice "Usted" desde lejos y entonces miran para atrás como esquivando el bulto; pero en este caso con razón.
(Es fácil hablar con el hecho consumado, ¿no?)
Pues si, te falto mirar hacia atrás.
Pues haber carraspeado usted entonces en tono de bajo bajísimo para que vieran que usted no había sido el de antes, hombre.
Eres un caballero, amigo Máiquez. Pero seguro que si la dama hubiera sido más joven y no hubiera tenido un ojo a la funerala, habrías dado un paso al frente para encubrirla mejor.
(El trance me recuerda a algunos del Arcipreste, o algunos poemas de Quevedo: "De cómo comprometióme una dueña bizca en una ocasión literaria".)
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