lunes, 19 de noviembre de 2007

Escrito a tientas

Buscar las gafas es un clásico. No sólo de la vida sino de la literatura, valga la redundancia. Véase a José Luis Tejada ("y no encuentro los lentes con que buscar los lentes") o el maravilloso poema ad hoc de José Antonio Muñoz Rojas. Se ve (es un decir) que, mientras se buscan las gafas borrosamente, puede pensarse con gran claridad. Tal vez no se encuentren porque no están hechas para ser vistas, sino para ver, como los poetas.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante Enrique. Los judíos hablan de lo mismo. No de las gafas, sino de las lágrimas. El llorar nos hace ver con claridad aquello que la dureza de la visión, precisa y cortante, impide. DC

Anónimo dijo...

Buah, menuda entrada, menuda frase final...se me ha puesto hasta las pestañas de punta, claro han chocado con las gafas han salido volando y las he perdido, así que escribo a tientas (jajaja, había escrito 'escribo a tetas', ya se ve lo que me ciega) y el poema muy bueno. Qué alegría de lunes mañanero!!! mucho ánimo a todos!!!

Adaldrida dijo...

Me fascina tu entrada, al descubrir que yo llevo gafas y nunca las he buscado en mis poemas, a lo mejor hasta me inspiras, Enrique, ahora que la tesis no puede ser causa-excusa para esta sequía... ay, un año. Snif. A ver si viene.

Anónimo dijo...

Si acabas cerrando los ojos a la realidad, lo más seguro es que te encuentres de frente con lo más duro de ella y acabes llevando gafas color negro ahumado. No hay peor ciego que el que no encuentra lo que quiere ver.

Nodisparenalpianista dijo...

No se cómo encaja entonces que cada vez que busco mis gafas las llevo puestas... ¿Tendré un poeta subido en cafa ceja?

Juan Manuel Macías dijo...

Preciosa entrada. Un aplauso.

Anónimo dijo...

Me maravilla lo lúcido de tu borrosidad: que buscando las gafas puedas llegar a esa conclusión tan genial y que vale por toda una poética.
Seguro que sin gafas se piensa con gran claridad, pero que se pueda pensar "mientras se buscan las gafas" tiene mucho mérito; yo sólo puedo ponerme verde y jurar en arameo.
Se ve extraño y ahumado ese comentario de más arriba sobre los ojos cerrados y la dura realidad. Que conste que no era yo, eh, por si acaso, como a veces se me pierde el nombre en el trayecto...
Y enhorabuena a Rocío!!!

E. G-Máiquez dijo...

Eso saltaba a la vista, CB, incluso sin gafas.

E. G-Máiquez dijo...

Ah, DC, lo de los judíos sí que es chulo... y consolador.

Anónimo dijo...

Yo, a mí manera, busco las gafas: busco tenerlas. Todos en casa tienen gafas y a veces me pongo las de mi hermana y me digo, lo bien que me harían a mí unas gafas, me darían un aspecto más respetable, y podría quitármelas momentáneamente para hacerme el interesante y enfatizar algo, o morder brevemente una de sus patas... Pero el oculista siempre me dice que no. Digamos que siempre estoy a tientas.

E. G-Máiquez dijo...

CRM, yo tú cogía este comentario y lo hacía una entrada en Cuaderno de Vísperas. Me ha gustado mucho, y no sólo por el recuerdo de cuando yo buscaba (tener) mis gafas.

anónimo 4 dijo...

yo soy el poeta que luego de coger sus anteojos en el aire en un pogo punk, los volvió a soltar y los pisó. Y que los siguientes lentes que compró los rompió sentándose encima y me has dado una idea... gracias por hacerme acordar de esto de los lentes voy a poner una foto del día que rompí mis lentes en mi blog. Ese post te lo dedico a ti que me has hecho recordar que escribir es un experimento que hoy debe realizarse a tientas.
Saludos
www.elbruto.blogspot.com

Juan Vico dijo...

Y aquello de Machado:

"eché mano al estuche de las gafas/ en busca de ese andamio de mis ojos,/ mi volado balcón de la mirada..."