lunes, 22 de septiembre de 2008

Escombros

Las luces del camino hay que clavarlas en la tierra. El electricista protesta de los albañiles que dejaron el jardín lleno de escombros de la obra. Donde tiene que clavar una lámpara se da con un ladrillo o una torta de cemento, y ha de buscar una azada y ponerse a escarbar. Él y yo nos indignamos juntos un buen rato —cobra por horas— de lo mal que hace la gente su trabajo, de la falta de cuidado y de respeto, etc. Al final de la mañana, con la fuerza que le da la indignación, consigue poner todas las luces. Le pago. Se va enseguida. Y cuando estoy volviendo de acompañarle a la puerta, compruebo que ha dejado el camino lleno de las mondaduras de colores de los cables y de las bolsitas de plástico donde venían las lámparas. Vaya.

7 comentarios:

Jesús Beades dijo...

Loable impulso de buscar el escombro en el jardín propio, antes que la mondadura en el ajeno.

E. G-Máiquez dijo...

Pom, pom, pom. Golpes de pecho. Tienes razón Beades, me ha quedado un texto demasiado loable y evangélico. Quito la última frase, para ver si mondándole la moraleja se salva la anécdota. Muchas gracias, tú.

Ángel Ruiz dijo...

Si vas seguir recortando el texto, me puedes dar la primera frase: "las luces del camino hay que clavarlas en la tierra". No sé dónde podría ponerla, pero bien bonita que es.

Corina Dávalos dijo...

Creo que llego a la entrada corregida, me gusta mucho como está. Por cierto, tengo que darte el dato de una poetisa colombiana que me ha parecido buenísima. No lo tengo aquí, ya te escribiré.
Ánimo con esta semana que empieza tan iluminada.

E. G-Máiquez dijo...

Sonóme la flauta, Ángel: es verdad que la frase salió bonita. Ahora la tentación es recortar todo lo demás.

Ah, AnaCó, espero el dato, que un poco más de luz no me vendrá mal para esta semana en la que empiezo las clases.

Juan Antonio González Romano dijo...

Empiezas las clases... Bueno, alguna vez tenéis que trabajar los de FOL, je, je. A mí me toca mañana;este año voy de bachilleres. Pero vayamos a la entrada: cualquiera que ha tenido albañiles, o electricistas, o fontaneros, o... sabe perfectamente a lo que te refieres. Supongo que se trata de poner la excusa por adelantado y echarle la culpa a los demás si algo sale mal. Ya decían Les Luthiers que el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio...

Mery dijo...

Pues no sería mala idea que ahora le pasaras al electricista las horas que vas a gastar retirando sus desperdicios del camino.

Se ve que las chapuzas hogareñas acaban siendo una cadena de favores, digo, de sinsabores.
Un abrazo